La carrera de Fernando Alonso está a punto de entrar en otra dimensión. Después de probar fortuna con éxito en cuatro categorías diferentes pero relativamente similares, como son el karting, la Fórmula 1, la Indycar y el WEC, ahora Alonso afronta la aventura del Dakar sin ninguna certeza y con mucho terreno desconocido por delante.
Una odisea de Fernando Alonso por todas las capas del automovilismo que nos deja una colección de coches para la historia. Un paseo por la trayectoria reciente de la automoción de competición de la que Alonso ha tenido la fortuna de ser parte crucial. Estos son todos los coches con los que ha competido Fernando Alonso en su carrera deportiva.
Los inicios en el karting y el mundial de 1996
La carrera de Fernando Alonso comenzó, como bien es sabido, en el kárting. El asturiano fue campeón de España en 1993 y 1994 siendo junior, y luego repetiría como senior en 1996, 1997 y 1998. Arrasó por completo en los campeonatos nacionales y también en Italia, en una época en la que lógicamente es más complicado encontrar documentos gráficos.
De cuando sí los hay es de 1996, año en el que Fernando Alonso se proclamó campeón del mundo de kárting en el circuito de Gante, en Bélgica. El español lo conseguía con tan solo 14 años, el día 14 de julio y con el dorsal 14 en su coche. Un número mítico para él y con el que ya no se reencontraría hasta muchos años después.
Campeón del Euro Open en 1999
1999 fue el año del salto de Fernando Alonso a los monoplazas. El piloto español entró de la mano de Adrián Campos en el Euro Open by Nissan, sustituyendo a Marc Gené, que precisamente había puesto rumbo a la Fórmula 1. Allí formó pareja de pilotos con otro joven talento español, Antonio García, por entonces enrolado en la escuela de Red Bull.
Pero Alonso no dio pie a dudas. Consiguió seis victorias, ocho podios, seis poles y cinco vueltas rápidas. Terminó ganando el título por solo siete puntos de ventaja sobre el portugués Manuel Giao, que lo tenía todo de cara antes de la última cita en Cheste pero se vio arrasado por un ciclón llamado Alonso.
Victoria en Spa en la Fórmula 3000 y acceso a la Fórmula 1
La segunda y última temporada de Fernando Alonso en monoplazas antes de llegar a la Fórmula 1. Estando ya en la órbita del equipo Minardi, con el que había hecho un test previo, Alonso se enroló en la extinta Fórmula 3000 con el equipo Astromega. Aunque la cosa no prometía demasiado, el español consiguió destacar.
Pese a ser su temporada de debut, Alonso se las apañó para terminar cuarto el campeonato con un gran final de año. Quedó segundo en Hungría y consiguió la pole y la victoria en Spa, un trazado mítico donde luego nunca conseguiría ganar en Fórmula 1, aunque lo haría dos veces en el WEC. Fue una demostración suficiente para que Minardi le diese un asiento titular.
Debut en la Fórmula 1 con el lastre del Minardi
La primera temporada de Fernando Alonso en la Fórmula 1 fue buena pero frustrante al mismo tiempo. Al joven piloto se le caía el talento de las manos pero el Minardi era uno de los peores coches de la parrilla. Aún así, Alonso consiguió terminar décimo en Hockenheim, que con el sistema de hoy en día le hubiese dado un punto.
En el Gran Premio de Australia, carrera del debut, Alonso se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en debutar en la Fórmula 1, una marca que ya ha sido superada hasta dejarle séptimo. Fue un año de aprendizaje y adaptación a la categoría en una época en la que no cualquier podía pilotar esos monoplazas.
2003, el año en que se empezaron a cumplir los sueños
El primer año con Renault fue la temporada en la que se empezaron a cumplir los sueños. Tras un año de espera, en el que Alonso fue probador del equipo pero también hizo sus pinitos con Jaguar, Renault confirmó a Fernando Alonso como piloto titular para la temporada 2003, acompañando a Jarno Trulli.
En la segunda carrera, en Malasia, ya llegó la primera pole position y el primer podio, y unos meses después la primera victoria, en el mítico Gran Premio de Hungría, y doblando a Michael Schumacher. Alonso acabó el mundial sexto, delante de Trulli y del McLaren de David Coulthard, y comenzó a labrarse el respeto de la Fórmula 1.
Un año de oportunidades perdidas
Sin embargo los éxitos no tuvieron continuidad inmediata. 2004 fue un año complicado, en el que Ferrari dominó a placer y Fernando Alonso tuvo muy mala suerte en las carreras que mejor iba. Solo cuatro podios que pudieron ser muchos más de no haber abandonado cinco carreras en las que estaba en posición de conseguirlo: las de Mónaco, Canadá, Estados Unidos, Bélgica e Italia.
Pese a tanto infortunio, Alonso acabó aquella temporada cuarto, detrás de los dos Ferrari y de un inspirado Jenson Button, que exprimió al máximo su potente BAR Honda. Además, Alonso comenzó en esta temporada su colección de campeones del mundo con los que ha compartido equipo con Jacques Villeneuve, que reemplazó a Trulli en las últimas carreras.
Alonso rompe el techo de cristal y es campeón del mundo
Y entonces llegó la temporada de lo imposible. Fernando Alonso se convirtió en el primer piloto español en ganar un mundial de Fórmula 1, y también en el más joven de toda la historia en conseguirlo. Con tan solo 24 años Alonso conquistaba la Fórmula 1 en 2005 durante aquel legendario Gran Premio de Brasil.
Fue la temporada de la batalla con Kimi Raikkonen en el mundial, pero también la de la memorable carrera de Imola en la que tuvo que aguantar los ataque de Michael Schumacher durante quince eternas vueltas. Alonso acabó el año con siete victorias y anunciando su compromiso con McLaren de cara a 2007.
El duelo contra Michael Schumacher por el bicampeonato
Pero antes de cambiar a McLaren había que defender la corona con el Renault R26. Los coches pasaban de ser V10 a los V8, y esta vez el rival iba a ser el más fuerte de todos: el equipo Ferrari y Michael Schumacher. Los italianos dieron un paso adelante a mitad de temporada y dominaron la segunda mitad del año, después de que Renault y Alonso hubiesen hecho lo propio en la primera.
Así todo convergió hacia el memorable Gran Premio de Japón en Suzuka, al que Michael Schumacher y Fernando Alonso llegaron empatados a puntos. Cuando el asturiano perseguía al Kaiser, el motor del Ferrari se rompió y Alonso pudo conseguir su segundo título mundial antes de irse a la nueva aventura de McLaren.
Cuando Alonso conoció a Hamilton y McLaren le traicionó
La temporada 2007 empezaba como un sueño y terminó convirtiéndose en pesadilla. Todas las quiniela apostaban a que Fernando Alonso conseguiría su tercer título mundial, sobre todo después de ver el enorme paso adelante que dio el McLaren con respecto a 2006. Sin embargo no contaron con algo: Lewis Hamilton.
El joven debutante inglés pronto debutó que tenía madera de leyenda de la Fórmula 1, y actitud tampoco le iba a faltar. Alonso y Hamilton se enfrascaron en una batalla fratricida durante toda la temporada en la que McLaren fue juez y parte. Al final el título se lo quedó Kimi Raikkonen con Ferrari, con Alonso a un punto del tricampeonato.
Regreso a Renault con polémica
Después de la madre de todas las batallas en McLaren, Fernando Alonso decidió volver a casa con Flavio Briatore en lugar de emprender otras aventuras que, a la vista de los resultados, hubiesen sido más fructíferas, como las de Red Bull u Honda. Los japoneses terminarían convirtiéndose en BrawnGP y, años después, en Mercedes.
Aún así, en 2008 Alonso mostró una de sus mejores versiones como piloto, más allá de las deficiencias del Renault R28, que en dos años había desaparecido de la cabeza. Aún así ganó dos carreras, en Singapur y Japón, la primera de ellas no sin polémica. Y terminó el mundial quinto, delante incluso del McLaren de Heikki Kovalainen, el coche que él dejó.
La electricidad llega a la Fórmula 1 en 2009
Y entonces la electricidad llegó a la Fórmula 1. En 2009 el reglamento dio un cambio radical. Ensancharon los alerones delanteros, crecieron los traseros, se alisaron los neumáticos y, sobre todo, el sistema KERS que recuperaba la energía de las frenadas se implementó en la Fórmula 1. De momento solo lo llevarían cuatro coches, uno de ellos, el Renault de Alonso.
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— Fernando Alonso (@alo_oficial) August 14, 2018
Sin embargo la temporada fue la peor desde el debut con Minardi. El Renault empezó mal y, al contrario de lo que se esperaba, se fue quedando descolgado a lo largo del año. Alonso solo consiguió un podio, en el Gran Premio de Singapur y más por mérito de sus manos que del rendimiento del coche. Era la hora de un cambio.
Llegada a Ferrari e inició del coitus interruptus
2010 parecía el año en el que empezaba la era de Fernando Alonso en la Fórmula 1. El piloto español llegaba al equipo Ferrari y ya en la primera carrera se llevaban la victoria. Todo pintaba de color de rosa, pero Adrian Newey tenía otros planes. El británico diseñó el primer Red Bull arrasador, arrancando el dominio de Sebastian Vettel en la Fórmula 1.
Aún así, ese año el Ferrari estuvo relativamente cerca del Red Bull, y Alonso pudo paliar con su talento la bisoñez de Vettel y las carencias de Mark Webber para llegar líder a la última carrera. Pero una trágica estrategia de Ferrari en Abu Dabi le dejó atrapado detrás del Renault de Vitaly Petrov. El título fue para Vettel.
Una temporada para olvidar
Pero la terrible realidad de la dupla Alonso-Ferrari comenzó a verse en 2011. La temporada en la que los italianos debían dar el salto se hundieron por completo, con solo una victoria en Silverstone, cuando se prohibieron temporalmente los escapes sopladores de los Red Bull. Esta vez Alonso no pudo estar ni entre los tres primeros del mundial.
Fue la primera temporada del regreso de Pirelli a la Fórmula 1 como suministrador único de neumáticos. Red Bull ganó casi todas las carreras y Alonso al menos tuvo la fortuna de poder rodar en Silverstone, antes de llevarse la victoria, con el Ferrari con el que Jose Froilán González consiguió la primera victoria de la Scuderia en 1951.
2012, el mejor año de Fernando Alonso en la Fórmula 1
Y llegó el año de la epopeya. Posiblemente la mejor temporada de Fernando Alonso en la Fórmula 1. Con un coche que por momentos, sobre todo al principio, estuvo más atrás de la mitad, Alonso consiguió luchar por el mundial hasta la última carrera. Se quedó a tan solo tres puntos de quitarle el título a Vettel, lo que hubiese sido, quizá, la mayor hazaña de la historia de la Fórmula 1.
Con ese coche Fernando Alonso consiguió alguna de sus victorias más memorables en la Fórmula 1, como la del Gran Premio de Malasia y, sobre todo, la del Gran Premio de Europa en Valencia, cuando saliendo undécimo dio un recital de adelantamientos y paseó la bandera española por el circuito. Un coche al que Alonso hizo memorable.
La última victoria de Alonso en la Fórmula 1
Con el F138 llegó la última victoria en Fórmula 1. Un coche prometedor, que cuidaba bien los neumáticos y con el que parecía que podía llegar el tricampeonato, pero que vio como un cambio de ruedas a mitad de la partida le dejó completamente tirado. Alonso ganó dos carreras, la última en Barcelona, que quedará como el triunfo final del asturiano en la Fórmula 1.
También fue el año del último subcampeonato. La Fórmula 1 se preparaba para un cambio de era, la llegada de los coches híbridos, y nadie sospechaba que a Alonso le podía sentar tan mal esta nueva aventura. 2013 también supuso el fin del dominio de Sebastian Vettel y el inicio de la era de Lewis Hamilton.
Arranca la era híbrida y comienza el declive de Alonso en la Fórmula 1
Y llegó la revolución. Los motores se volvieron híbridos y con turbo, y a Ferrari de nuevo el cambio le pilló fuera de juego. Mercedes tomó la posición dominante, Red Bull cedió terreno y Ferrari empezó regular pero no creció nada. Una temporada pésima, con solo dos podios de Alonso en China y Hungría, fueron el resultado. Kimi Raikkonen, el nuevo compañero, no fue ni una sombra.
Este último logro en Hungaroring fue el último podio de Alonso en la Fórmula 1. Una carrera que estuvo a punto de ganar y perdió a dos vueltas del final contra Daniel Ricciardo. El piloto español estaba decidido a dar el salto a una pareja cuyo nombre sonaba muy bien, pero que no tenía mucho más que eso.
Inicio de la pesadilla con McLaren Honda
El MP4-30 fue uno de los coches más decepcionantes que pilotó Fernando Alonso. El asturiano hizo algo que parecía imposible, regresar a McLaren, y allí se encontró un panorama desolador. Honda todavía estaba en pañales, muy atrasada, y para colmo el nuevo coche era posiblemente el peor de la parrilla, con permiso de Manor.
El piloto español confiaba en que solo fuese el primer paso de un gran proyecto a largo plazo, pero el tiempo terminaría demostrando que ni Honda ni McLaren estaban preparados, al menos de momento. Además, el azar que deparan tantas averías provocó que por primera vez a Alonso le batiese un compañero de equipo, Jenson Button, el cuarto campeón del mundo de su carrera.
El mejor año de la segunda etapa en McLaren
El McLaren de 2016 no fue lo que se esperaba pero sin duda fue el coche más digno de los tres años de unión entre los británicos y Honda. Con él Alonso consiguió acabar décimo en el mundial de pilotos y puntuar con cierta regularidad. Parecía que era un coche para tener optimismo de cara al año siguiente, pero nada más lejos de la realidad.
Mercedes seguía dominando la Fórmula 1 cada vez con más ventaja sobre el resto. En esta ocasión Nico Rosberg fue quien ganó el mundial para retirarse inmediatamente después, pero Fernando Alonso siguió enrolado en el proyecto de McLaren-Honda, esperando un rendimiento deportivo que nunca llegó.
Comenzaba la desconexión de la Fórmula 1
La temporada 2017 llegó con muchas ilusiones pero pronto se disiparon. Desde los primeros test quedó claro que el nuevo motor Honda era peor incluso que el anterior, y que por su parte McLaren tampoco había hecho un gran chasis. Alonso solo puntuó en cinco carreras, y tres fueron las tres últimas.
Seguramente ese año se empezó a percibir que a Alonso no le quedaba mucho en la Fórmula 1. Comenzó a embarcarse en otras aventuras y a perder el interés por la categoría. De hecho, iba por detrás de su compañero de equipo, el debutante Stoffel Vandoorne, en la general hasta que le adelantó en la penúltima carrera.
Deslumbrante debut en las 500 millas de Indianápolis
Pero la mejor evidencia de que la etapa de Alonso en la Fórmula 1 tocaba a su fin fue su desembarco en la Indycar. El asturiano renunció a correr el Gran Premio de Mónaco para participar en las 500 millas de Indianápolis a bordo de uno de los coches del equipo Andretti, motorizado por propulsores de Honda.
Fernando Alonso hizo un gran papel, de hecho fue nombrado mejor rookie del año. Consiguió salir desde la quinta posición, estuvo liderando gran parte de la carrera y no pudo terminar su obra porque el motor Honda se le rompió cuando quedaban pocas vueltas para el final y era uno de los aspirantes a la victoria.
Alonso da el salto a la resistencia
2018 fue el año del salto a la resistencia. Antes de empezar la temporada de Fórmula 1, que terminaría siendo la último, Fernando Alonso anunció que correría el WEC con el equipo Toyota, y para prepararse también participaría en enero en las 24 horas de Daytona, la prueba inaugural de la temporada IMSA americana.
Era simplemente la primera toma de contacto y Alonso participaba con un Ligier. Los resultados no eran lo más importante y de hecho el piloto español terminó 38º en la general, y el 13º de su clase. Junto a Alonso, también pilotaron el Ligier el piloto británico Philip Hanson y el joven debutante en la Fórmula 1, Lando Norris, que en 2019 está haciendo las delicias de McLaren.
Retirada de la Fórmula 1 tras otro mal McLaren
Y tras estos pinitos al aire volvió la Fórmula 1, una temporada que empezó siendo ilusionante con el famoso "now we can fight" y terminó con la retirada de Fernando Alonso de la categoría. McLaren abandonó los motores Honda para montar los de Renault, y el cambio pareció funcionar, al menos al principio.
🔥🔥🔥 @alo_oficial comienza las pruebas con el Toyota #Hilux en Namibia, dos años y medio después de unirse al equipo Toyota GAZOO Racing tiene por delante el mayor desafío de su carrera: aprenderlo todo desde cero en la nueva disciplina de los rally-raid. pic.twitter.com/9dx6iDCihp
— Toyota España (@Toyota_Esp) August 20, 2019
Fernando Alonso puntuó en las cinco primeras carreras, con un octavo puesto como peor resultado, pero poco a poco el rendimiento se estancó y McLaren terminó siendo uno de los peores coches en pista, hasta el punto de sumar menos puntos que en 2016, el segundo año de la unión del equipo con Honda.
Etapa dorada en el WEC: título mundial y dos victorias en Le Mans
Pero antes de dejar la Fórmula 1 Alonso ya estaba embarcado en otro proyecto. Como decíamos, el asturiano firmó con Toyota para correr todo el campeonato del WEC, que abarcaba hasta 2019, y el resultado no pudo ser mejor. Junto a Sébastien Buemi y Kazuki Nakajima, Alonso ganó cinco de las ocho carreras del certamen.
Incluídas las dos victorias en las 24 horas de Le Mans, en 2018 y 2019. La primera con gran brillantez y la segunda aprovechando los problemas de sus compañeros de equipo. Y, como no, el título mundial. La cuarta corona de campeón del mundo de Fernando Alonso, esta vez en resistencia. Y una unión con Toyota para siempre.
Victoria en las 24 horas de Daytona
Con Alonso ya fuera de la Fórmula 1 y centrado en el Campeonato del Mundo de Resistencia, la primera parte de 2019 ha tenido dos canitas al aire del asturiano. La primera fue en enero, con el regreso a las 24 horas de Daytona, pero esta vez con un coche ganador, el Cadillac del equipo Konica Minolta.
Acompañado de Kamui Kobayashi, Jordan Taylor y Renger van der Zande, Fernando Alonso ganó las 24 horas de Daytona y se puso líder del campeonato IMSA, aún a sabiendas de que no participarían en ninguna carrera más. Alonso dio una lección de pilotaje sobre todo por la noche y bajo la lluvia, mostrando un ritmo demoledor.
Desastre absoluto de McLaren en Indianápolis
Y cuando ya nos habíamos acostumbrado a ver a Fernando Alonso ganar carreras y olvidarse de los problemas, llegaron las 500 millas de Indianápolis. McLaren montó una estructura completamente descordinada y sin preparación para Alonso y éste pagó los platos rotos. Una desventura que terminó con el español eliminado antes de empezar.
Fernando Alonso ni siquiera pudo participar en las 500 millas de Indianápolis ya que fue uno de los tres pilotos eliminados en la preclasificación. McLaren hizo un ridículo histórico en su nueva aventura americana y Fernando Alonso se quedó sin el ansiado sueño de conseguir la Triple Corona, que a buen seguro seguirá persiguiendo.
El salto al vacío de Fernando Alonso: el Dakar
Y para terminar, el Dakar. El último salto al vacío de la mastodóntica carrera de Fernando Alonso. Una modalidad totalmente diferente en la que no hay asfalto, no hay monoplazas y no hay circuito. Alonso contra la arena y el polvo, con Marc Coma al lado como copiloto. La aventura más arriesgada de la carrera de Fernando Alonso.
El piloto español comenzará a competir con el Toyota Hilux en esta segunda mitad de 2019, posiblemente en el rally de Marruecos. Si su objetivo es ganar el Dakar, y conociendo a Alonso es bastante probable, estamos ante un reto que le podría llevar el resto de su carrera deportiva, más allá de quitarse la espina de Indianápolis.