Que los nuevos coches de Fórmula 1 iban a ser bien distintos a los anteriores ya lo sabíamos, pero el Gran Premio de Gran Bretaña sirvió para hacerse una buena idea de dónde está ahora la clave del rendimiento de los monoplazas. El antiguo fondo plano ahora está plagado de alerones, y es ahí donde se genera casi toda la carga aerodinámica.
Por eso en Silverstone pudimos ver las dos caras de la moneda. Mientras que Max Verstappen se hundió con el suelo roto, perdiendo una carrera que tenía en el bolsillo, Charles Leclerc volaba aún faltándole todo un endplate del alerón delantero. Y es que hoy en día es más importante no dañar el suelo que cualquier alerón.
Verstappen destrozó la aerodinámica del fondo pasando sobre los restos de un Alpha Tauri
Verstappen iba lanzado a por la victoria. Una vez que Carlos Sainz se equivocó y perdió la primera plaza con el holandés, el campeón se puso en cabeza y comenzó a imponer su ritmo superior. Pero no le duró demasiado, ya que un par de vueltas después repentinamente la velocidad del Red Bull disminuyó.
Verstappen pasó por encima de los restos de un Alpha Tauri después de que los dos compañeros del equipo filial de Red Bull, Pierre Gasly y Yuki Tsunoda, chocasen entre ellos en la primera frenada de Silverstone. Verstappen vio el aletín del Alpha Tauri, pero sin tiempo para esquivarlo, así que trató de chocar contra él de frente para mandarlo despedido.
"Cuando bajé del coche miré el coche por debajo y en el lado izquierdo, está completamente roto, todo ha desaparecido. Intenté golpearlo de frente. Pero en lugar de eso, se me metió por debajo y lo destrozó todo", explicó el campeón, que tan solo pudo rescatar un séptimo puesto y sufriendo hasta el final con Mick Schumacher.
Esta vez la suerte no sonrió a Verstappen, que en el Gran Premio de España también tuvo una salida de pista que perfectamente podía haberle roto el fondo, pero no lo hizo y remontó hasta la victoria. Saliéndose en la misma curva solo unas vueltas antes, Carlos Sainz sí que dañó su fondo y corrió lastrado el resto de la carrera en Barcelona.
El caso contrario fue el de Charles Leclerc. El piloto monegasco dañó su alerón delantero en la salida de Silverstone tocándose con Sergio Pérez. Ya en la primera vuelta se le cayó el endplate derecho del alerón, pero pudo seguir toda la carrera sin necesidad siquiera de cambiar el morro en boxes. Inaudito en épocas pasadas.
De hecho, Leclerc iba claramente más rápido que Sainz a pesar de que el madrileño sí tenía íntegro su Ferrari. De no ser por el inoportuno coche de seguridad final y por la mala estrategia del equipo, Leclerc hubiese ganado la carrera sin medio alerón. Así es la nueva Fórmula 1: la clave está bajo los coches.