Pocas veces un piloto que tiene 62 puntos de ventaja al frente del mundial de Fórmula 1 a ocho Grandes Premios del final ha sido tan pesimista como Max Verstappen. Pero es que el holandés tiene motivos para serlo. El rendimiento del Red Bull se ha hundido, y el Gran Premio de Italia fue otro golpe de realidad muy duro.
Después de la temporada más triunfal de la historia, Red Bull quiso darle una vuelta de tuerca a su éxito cambiando por completo el diseño de su Fórmula 1. Trataron de hacer funcionar el concepto sin pontones con el que fracasó Mercedes, y aunque al principio parecía que todo iba bien, están empezando a toparse con el mismo muro que los alemanes.
El concepto sin pontones de Red Bull está siendo un fiasco con el paso de las carreras
16 puntos en dos carreras. Eso es lo que Lando Norris le ha recortado a Max Verstappen desde que la Fórmula 1 regresó de las vacaciones. Puede no parecer mucho cuando aún tiene 62 de ventaja, pero a este ritmo las cuentas no le salen a Red Bull. Y eso que McLaren está haciendo todo lo posible desde el muro para ralentizar la caza.
En el mundial de constructores no hay duda de que McLaren va a superar a Red Bull, ya que solo les separan diez puntos, y la incógnita puede ser si también Ferrari, ahora a 39 puntos, llegará hasta ellos. Tras el fiasco de Monza, donde Red Bull fue claramente el cuarto coche y bastante lejos de los tres primeros, el pesimismo cunde por el equipo.
"Pasamos de un coche muy dominante a un coche imposible de conducir en cuestión de seis u ocho meses". Esa frase de Verstappen es la que lo define todo. La sexta plaza del holandés en Monza fue casi un milagro, y cada vez está más claro que la apuesta sin pontones, muy triunfal al principio, está siendo un lastre.
Para Verstappen, "necesitamos poner el coche patas arriba. Quiero decir, no importa dónde estemos en este momento, somos malos en todos los circuitos, así que necesitamos muchos cambios". El problema es que regresar a la base de 2023 a estas alturas de la temporada haría casi imposible recuperar el pulso antes de final de año.
"Ahora mismo no es realista pensar en ganar los campeonatos. Tenemos graves problemas de equilibrio tanto a una vuelta como en carrera. El coche es inconducible", dice Verstappen. De fondo sigue resonando la teoría de que Red Bull estaba haciendo trampas con una frenada asimétrica que les ilegalizaron en Miami.
Aunque McLaren parece empeñada en que Verstappen vuelva a ser campeón, si ese Red Bull no mejora que Norris le pille parece inevitable.
