La Fórmula 1 está llena de historias de coches frustrados, de máquinas más o menos prometedoras que nunca llegaron a pisar la pista. Pero seguramente ninguna alcance los niveles del McLambo: aquel coche con chasis de McLaren y motor V12 de Lamborghini que pudo tener a Ayrton Senna como piloto, pero Ron Dennis lo evitó.
El McLambo llegó a existir. Totalmente vestido de blanco, rodó en manos de Ayrton Senna en el circuito de Estoril y en las manos de Mikka Hakkinen en Silverstone a finales de 1993. Marcó buenos tiempos, los pilotos quisieron quedárselo, pero Ron Dennis tenía otros planes empresariales y disolvió el proyecto incluso antes de empezar.
Senna quería a Lamborghini para los motores de McLaren, pero Dennis apostó por Peugeot
La temporada 1993 había sido un baño de realidad para McLaren. Después de una etapa muy exitosa empujados por los motores Honda, la marca japonesa anunció repentinamente que dejaba la Fórmula 1, obligando a McLaren a lanzarse a los brazos de otro motorista: Ford-Cosworth y su propulsor V8.
Sin Honda en la Fórmula 1, el mejor motor de la parrilla era el Renault V10 del que disfrutaba en exclusividad el equipo Williams. El Ford ni siquiera era mejor que el Ferrari, pero es que para colmo las unidades que llegaban a McLaren eran aún menos potentes que las que recibía Benetton, que era el primer equipo de Ford.
Para colmo de males, la situación interna del equipo era muy tensa, con Ayrton Senna renovando literalmente carrera a carrera, esperando a que surgiese la oportunidad de irse a un coche mejor. Aún con todo este esperpento, Senna se las apañó para ganar tres de las primeras seis carreras del año, incluida la mítica de Donington Park.
Pero en McLaren no tardaron en darse cuenta de que seguir con Ford-Cosworth de cara a la temporada 1994 no podía ser una opción, ya que ni siquiera eran tratados como el equipo preferencial entre los suministrados. Urgía encontrar un nuevo motorista, y fue ahí donde apareció la opción de Lamborghini.
La mítica marca italiana llevaba dando tumbos por la Fórmula 1 desde 1989 con un motor V12 diseñado por el mítico Mauro Forghieri que ni en Ligier, ni en Lola, ni en Lotus, ni en Minardi, ni en Venturi, ni en Larrousse, ni en el equipo propio de Lamborghini había dado más que averías, pero que todo el mundo coincidía en que tenía mucho potencial.
Tras unos primeros contactos con Chrysler, la marca que por entonces era propietaria de Lamborghini, finalmente fue en el Salón del Automóvil de Múnich donde Ron Dennis se dio un apretón de manos con Bob Lutz, entonces vicepresidente de Chrysler, para crear el McLambo y hacer unos test con él.
Pero no era el único as que Dennis tenía bajo la manga. Mientras negociaba con Lamborghini también estaba manteniendo negociaciones muy avanzadas con Peugeot, que estaba dispuesta a adaptar un antiguo motor del mundial de resistencia para la Fórmula 1. Y a Dennis le seducía más la idea de ganarle a Williams con Peugeot, el eterno rival de Renault.
En este contexto se creó el McLaren MP4/8B, el McLambo. El equipo de Woking tuvo que adaptar su chasis para que cupiese el V12 de Lamborghini, igual que los italianos también tuvieron que hacer más compacto y ligero su propulsor, además de instalarle una nueva electrónica desarrollada por TAG Electronics. El McLambo estaba listo para rodar.
El McLambo batió los récords del McLaren-Ford pese al sabotaje de Ron Dennis
A finales de septiembre el McLambo saltó a la pista de Estoril, justo después del Gran Premio de Portugal. Ayrton Senna fue el encargado de pilotarlo, y el resultado fue tan satisfactorio que inmediatamente después de bajarse del coche el piloto brasileño ya comenzó a hablar en primer persona del futuro de McLaren. Aquel V12 le había hecho cambiar su inclinación a dejar el equipo.
"Es un motor bueno. Quizás necesite un poco de potencia y no sea demasiado sofisticado, pero seguro que la temporada que viene será mejor", comentaba Senna. Las habladurías dicen que el V12 de Lamborghini daba 740 CV, solo 20 menos que el V10 de Renault, y eso teniendo en cuenta que lo habían montado en un coche que no estaba diseñado para él.
Senna rodó en Estoril un segundo más rápido con el McLambo que lo que había hecho con el McLaren-Ford en el Gran Premio un día antes. Después se llevaron el coche a Silverstone para que también lo probase Hakkinen, y el resultado fue muy parecido: mejoró en 1,4 segundos los tiempos que había hecho en el Gran Premio.
La fortuna le había sonreído a McLaren. Habían encontrado rápidamente un motorista que, incluso en un coche Frankenstein, ya les hacía mejorar mucho sus tiempos por vuelta. Ayrton Senna se había reenamorado del equipo y para colmo tenían a un joven prometedor como Hakkinen de segundo piloto. Pero Ron Dennis tenía otros planes.
Mientras Senna y Hakkinen se enamoraban del V12 de Lamborghini, Dennis estaba ultimando el acuerdo para que Peugeot fuese el motorista de McLaren para la temporada 1994. Y lo último que quería era que aquel McLambo diese buenos resultados en pista que le provocasen un conflicto contractual.
Como contó años después Martin Whitmarsh, mano derecha y sucesor de Dennis en McLaren, el jefe del equipo inglés había dado orden a sus mecánicos e ingenieros de que el McLambo corriese tanto en Estoril como en Silverstone con los tanques de combustibles cargados hasta arriba y sin informar de ello a los pilotos.
"El ingeniero jefe me llamó desde Estoril y me dijo: 'Mira, no puedo impedir que este coche acelere. Es realmente rápido. Va muy bien y tiene a Ayrton dentro'", comentaba Whitmarsh. Aún con los tanques cargados, el McLambo mejoró ostensiblemente los tiempos del McLaren-Ford, y Senna exigió que el motor V12 se quedase para el resto de la temporada.
Ayrton Senna quería que McLaren utilizase ya los motores de Lamborghini para las dos últimas carreras de la temporada, en Japón y Australia, dando por hecho que estaría también en 1994 y que cualquier kilometraje sería bueno para ahuyentar los frecuentes problemas de fiabilidad que sí habían tenido en los test. A Hakkinen literalmente le explotó un motor.
Sin embargo, la historia fue muy diferente. Dennis culminó el acuerdo con Peugeot y McLaren llevó los motores franceses en la temporada 1994. Ayrton Senna se marchó a Williams aprovechando la retirada de su enemigo Alain Prost, y allí encontró la muerte en solo su tercera carrera con el equipo.
McLaren hizo una temporada terrible con Peugeot y se separó de ellos al final de 1994 para unirse a Mercedes, mientras que Lamborghini definitivamente desistió de sus intentos en la Fórmula 1 y retiró el motor V12 de la parrilla a finales de 1993. Quién sabe cómo podría haber cambiado la historia si el McLambo hubiese llegado a competir.
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