El automovilismo nunca ha sido un deporte con mucha presencia de mujeres. Pese a ser formalmente mixto, sigue siendo una rareza encontrarse con una chica en una carrera de coches. De hecho, tan solo dos han participado alguna vez en una carrera de Fórmula 1, y una destaca especialmente: Lella Lombardi.
Lombardi es la única mujer que ha puntuado en una carrera de Fórmula 1. Lo hizo en 1975 en la funesta tragedia de Montjuïc que clausuró para siempre el circuito barcelonés. Además, Lombardi es una de los tres únicos pilotos en la historia de la Fórmula 1 que se han declarado abiertamente homosexuales.
Lombardi sumó medio punto en la catástrofe que clausuró Montjuïc
Nacida en 1941 en Italia en plena dictadura fascista de Benito Mussolini, Lombardi tuvo durante toda su infancia dos secretos ocultos para sus padres: su pasión por las carreras de coches y su homosexualidad. Curiosamente, eran ellos mismos quienes le habían inculcado la velocidad haciéndola repartir en un camión los pedidos de la carnicería familiar.
Fue después de un gran resultado en la Fórmula Monza cuando Lombardi comenzó a salir en los periódicos y sus padres se enteraron de su otra vida. Ya destapada, "la Tigresa de Turín', como la apodaban, brilló en las categorías pequeñas: subcampeona de la Fórmula 3 Italia y ganadora de la Fórmula 850. De ahí a la Fórmula Ford México, su eclosión definitiva.
Después de un fallido debut con un Brabham alquilado por Bernie Ecclestone en Silverstone, Lombardi encontró un asiento como piloto titular en el equipo March para la temporada 1975. Allí se convirtió en la segunda mujer en correr una carrera de Fórmula 1 tras María Teresa de Filippis, a la que superaría para ser la mejor de la historia.
Lombardi llegó a participar hasta en doce carreras entre 1975 y 1976, alcanzando su punto álgido en el Gran Premio de España de 1975, una prueba funesta para la historia de la Fórmula 1. Era solo su segunda carrera, pero Lombardi consiguió puntuar por primera y única vez, aunque no pudo celebrarlo.
El fin de semana fue turbulento. La mayoría de pilotos, Lombardi incluida, se negaron a participar en los entrenamientos libres del viernes y quería sabotear todo el Gran Premio por lo inseguro del circuito. Finalmente, después de muchas presiones de la FIA, el sábado accedieron a correr sin estar muy convencidos.
Alguno como Emerson Fittipaldi solo dio unas vueltas a baja velocidad para no para la preclasificación y volverse a su casa ese mismo día. Lombardi se clasificó en la vigesimocuarta plaza de la parrilla, solo por delante de Arturo Merzario. Pero la carrera fue un auténtico caos al que la italiana logró sobrevivir.
Los accidentes se sucedieron hasta que en la vuelta 25 el alemán Rolf Stommelen se fue contra las protecciones en una zona abarrotada de público. El coche superó las barreras e impactó contra la afición, con el funesto resultado de cuatro muertos y diez heridos. Obviamente, la carrera se dio por finalizada inmediatamente.
Después de solo 25 vueltas ya quedaban en pista únicamente ocho de los 25 coches que tomaron la salida. Uno de ellos era el de Lella Lombardi, que rodaba en la sexta posición, la última que daba derecho a puntos. Como no se llegó al 75% de la distancia de carrera, se repartieron tan solo la mitad: Lombardi sumó 0,5 puntos. Los únicos de una mujer en la Fórmula 1.
Nunca se volvió a Montjuïc. Esa misma temporada, Lombardi estuvo muy cerca de cazar otro punto en otro circuito caótico, el mítico Nürburgring, que acabaría clausurado solo una temporada después por el famoso accidente de Niki Lauda. Lombardi acabó séptima y sin perder vuelta, realmente cerca de puntuar.
En los 73 años de historia de la Fórmula 1 y más de 1.000 carreras tan solo ha habido dos mujeres que hayan tomado la salida de un Gran Premio, de Filippis y Lombardi. Nuestra protagonista, además, es una de los tres pilotos que han declarado abiertamente su homosexualidad, acompañada por Mike Beuttler y Mário Araújo de Cabral.
Después de hacer historia en la Fórmula 1, Lombardi corrió en resistencia, haciendo podio en los 250 kilómetros de Imola, ganando hasta en tres ocasiones las 6 Horas de Mugello, de Enna y de Vallelunga y participando en las 24 Horas de Le Mans hasta en cuatro ocasiones, con un podio en la categoría de GT con un Lancia Stratos.
Desgraciadamente, su vida terminó mucho antes de lo deseado, ya que Lombardi tuvo que afrontar un cáncer de mamas y acabó falleciendo en 1992, cuando solo tenía 51 años. Para el recuerdo, su frase más célebre: "Prefiero tener un accidente antes que enamorarme. Eso es lo mucho que me encantan las carreras".