Las dos primeras sesiones de entrenamientos libres en Australia han puesto en evidencia algo que ya era lo suficientemente evidente como para no esperar nada diferente: los Mercedes están en otro planeta, y hasta puede que un poco más alejado del nuestro que en 2014. Nico Rosberg ha liderado las dos sesiones de libres en el Albert Park, con Lewis Hamilton pisándole los talones. Por lo menos parece que habrá una estrecha lucha entre ellos, que ya es mucho.
Sin embargo, Mercedes al margen, el pelotón de perseguidores parece augurar un fin de semana de lo más entretenido. De entre todos los que vienen por detrás, la que parece que va a ser la lucha más intensa será la protagonizada por Ferrari y Williams. Desde luego, ver a los Ferrari entre los monoplazas de cabeza en las tablas de velocidades máximas no es algo que fuera habitual en 2014. Falta por saber si la estrategia de los viernes de ambos equipos sigue la línea del año pasado: Ferrari rodaba muy descargado y parecía ir mejor de lo que después iba, y Williams a la inversa. No tengo muy claro lo de Ferrari, pero estoy convencido que a Williams aún le falta dar un paso al frente adicional.
El otro equipo que todos esperaban ver en esa lucha entre dos de los equipos más históricos de la parrilla, Red Bull, ha tenido muchos problemas en Australia con la unidad de potencia. Su punta de lanza, Daniel Ricciardo, se ha visto obligado a perderse la segunda sesión completa por un cambio del motor Renault en su monoplaza. La tensión Renault-Red Bull aumenta por momentos, y desde el equipo de Milton Keynes ya han declarado que ese motor no es más potente que el de 2014 y tiene una peor manejabilidad. Nada que ver con lo que contaba oficialmente Renault el otro día.
Aprovechando la ausencia de dos equipos grandes como Red Bull y McLaren (que siguen en la línea de la pretemporada, como era de esperar, por otro lado), los rookies de Toro Rosso han sacado pecho, y de qué manera. Muy buenas sensaciones las que ha dejado en este primer viernes el coche de James Key, a manos tanto de Carlos Sainz como de Max Verstappen (aunque este último se ha perdido casi toda la segunda sesión por un problema en las baterías). Que nadie los descarte para entrara en la Q3.
Su lucha puede estar principalmente con los propios Red Bull, a la espera de ver si son capaces de enderezar el fin de semana en la jornada del sábado, y con Lotus. Es muy evidente que Lotus es más rápido que el año pasado en parte gracias a su motor Mercedes, pero la impresión es que todavía tienen que poner muchas cosas en su sitio. De su acierto en esos últimos ajustes en la sesión de libres 3 dependerán sus aspiraciones en Australia.
Finalmente, se ha confirmado que Force India aún está muy verde con el nuevo monoplaza y que les puede costar hasta coger puntos. Nos hemos quedado con las ganas de ver el debut de Roberto Merhi a bordo de uno de los monoplazas de Manor. El equipo, llegado casi con la lengua fuera a Melbourne, ha tenido un problema con el software de los motores, y ahora mismo no está nada claro que puedan tomar parte en este Gran Premio.
Sobre el escándalo que hay montado alrededor de Sauber y la demanda interpuesta por Giedo Van der Garde casi prefiero no hacer mucha sangre. Al coche sólo lo hemos visto en la segunda sesión, sin Van der Garde al volante, y ha tenido un ritmo relativamente lento.
Como dato relevante, comentar que los monoplazas han rodado casi 2 segundos más rápido que el año pasado, y se espera que en la jornada de mañana las diferencias puedan incluso rondar los 3 segundos. Definitivamente, los coches de 2015 son mucho más rápidos que los de 2014, como ya quedó claro en pretemporada. No tiene mala pinta el fin de semana que nos queda por delante.