La Fórmula 1 sigue buscando caminos por los que mejorar su espectáculo en pista. Gran parte de las esperanzas están depositadas en el nuevo reglamento técnico que entrará en vigor en 2021, con el que la FIA pretende reducir la resistencia aerodinámica que se genera en un coche al perseguir a otro, y por tanto facilitar los adelantamientos.
Sin embargo, ya en 2020 se comenzarán a introducir cambios enfocados a dificultar el desempeño del piloto. Y el primero será en el embrague, cuyo accionamiento durante las salidas ahora será mucho más manual y necesitará de más protagonismo del piloto. Se busca así dificultar las arrancadas de las carreras y conseguir mezclar un poco la parrilla.
Se prohibirá la quema de aceite y se modificarán los espejos
A partir de 2020 la FIA vigilará las señales del embrague que usa la unidad de control del motor, con lo cual no se podrá obtener ventaja a través de un mapa motor. Además, serán obligatorios los embragues de levas activados manualmente por cada piloto, por lo que la labor del corredor primará un poco más sobre la electrónica.
Los equipos seguirán pudiendo utilizar dos paletas que controlen el embrague en su volante, pero ahora tendrán que ser idénticas a la otra en mapeo, movimiento y forma. Incluso la Federación podrá pedir a los pilotos, a modo de prueba, que demuestren que ambas funcionan igual para identificar posibles irregularidades.
Además estas levas tendrán que trabajar de manera lineal con el embrague, por lo que las acciones de los pilotos deberán ser totalmente representativas del acoplamiento del embrague. La propia FIA especifica que "se requiere que cada piloto demuestre que el porcentaje de paleta calculado por la ECU no se desvía más del +/- 5% de la posición física del dispositivo operativo medido como un porcentaje en todo su rango utilizable".
Más allá de este cambio, la FIA también ha anunciado otras dos actualizaciones importantes para 2020. La primera, el fin de la quema de aceite. A partir de ahora solo podrá haber un depósito auxiliar en el monoplaza, y tanto en él como en sus tuberías no puede haber más de 2,5 litros de combustible. Además el combustible fuera de la célula de supervivencia se reduce de dos litros a 0,25.
El último cambio se producirá en los espejos retrovisores. Sus cajas serán más pequeñas para reducir su efecto aerodinámico y se mejorará su visibilidad. En 2020 deberán estar 30 milímetros más cerca de la célula de supervivencia y 40 milímetros más abajo, con lo que se pretende limitar la utilización de un elemento de seguridad como artilugio aerodinámico.
En el pasado las quejas de los pilotos por la escasa visibilidad de los espejos han sido numerosas, y el último ejemplo lo tuvimos en el pasado Gran Premio de Azerbaiyán. Daniel Ricciardo y Daniil Kvyat se salieron de pista en una escapatoria, y el australiano golpeó bastante fuerte al Toro Rosso de Kvyat mientras daba marcha atrás, debido a que no le vio en los retrovisores.