Carlos Sainz finalmente lo consiguió. La sexta posición que durante toda la temporada parecía tan cerca pero a la vez tan lejos ha terminado en las manos del piloto español. Puede parecer poca cosa, pero que Sainz haya terminado sexto tiene más un valor simbólico que material: ha conseguido romper el statu quo de la Fórmula 1.
Con el cambio de reglamento de la Fórmula 1 en 2014, la entrada de la era híbrida, se estableció una élite casi inalcanzable de tres equipos: Mercedes, Ferrari y Red Bull. Solo Williams en las dos primeras temporadas pudo intercalarse con ellos hasta que los recursos económicos volvieron a escasear y el valor de haber acertado con el reglamento se diluyó.
Desde 2015 ningún piloto quedaba por delante de un Ferrari, un Mercedes o un Red Bull
Desde ese hundimiento de Williams, allá por 2015, ningún piloto de ningún equipo que no fuese Red Bull, Mercedes o Ferrari se había colado entre las seis primeras posiciones del mundial de Fórmula 1. De hecho, la temporada en la que más cerca estuvo alguien fue en 2017, cuando Sergio Pérez se quedó a 69 puntos con el Force India.
Sin embargo Sainz lo ha conseguido esta temporada de forma brillante. In extremis, con un adelantamiento suicida a Nico Hulkenberg en la última vuelta de la temporada. Una demostración de que, dentro de las cosas que no son importantes, acabar sexto en el mundial de Fórmula 1 era muy importante.
Es cierto que Sainz ha tenido la ayuda de que ni Pierre Gasly ni Alexander Albon han corrido una temporada entera con Red Bull, pero también lo es que solo con haber tenido entre las manos un coche ganador durante doce y nueve carreras respectivamente debería ser suficiente para batir a un McLaren.
Además, si comparamos los números de Sainz con los de Gasly en las doce carreras que el piloto francés llevó un Red Bull nos encontramos con que el piloto de McLaren solo sumó tres puntos menos que Gasly. Por su parte, en sus nueve carreras con Red Bull, Alexander Albon sí que ha sumado muchos puntos más que Sainz, 38, pero no le ha valido para recuperarle la posición.
Sainz ha dado un doble golpe en la línea de flotación de los dos equipos que le dejaron escapar hace un año. Por un lado Renault, que prefirió prescindir de Sainz cuando fichó a Daniel Ricciardo. Doce meses después resulta que Sainz ha sumado con un McLaren más puntos que los dos Renault juntos, y los galos ya han tenido que prescindir de Nico Hulkenberg, el piloto que se quedaron.
Así ha sido la última vuelta de @Carlossainz55 en el #ABUmovistarF1 y el adelantamiento a Hulkenberg, que le ha otorgado el punto que necesitaba para acabar sexto en el Mundial. ¡Enorme, Carlos! pic.twitter.com/l6IyYVBzhC
— F1 en Movistar+ (@movistar_F1) December 1, 2019
Y por otro lado Red Bull, que parece que nunca pensó en Sainz como sustituto de Ricciardo pese a que era la opción obvia. Han tenido que lidiar toda la temporada con dos segundos pilotos que no están a la altura de Max Verstappen y que al final han terminado la temporada por detrás de Carlos Sainz.
"Llegaba este fin de semana pensando y actuando que lo afrontaba como si me jugara un mundial", confesaba un Sainz eufórico tras una sexta posición que también tiene su parte estratégica, ya que McLaren cambió a una estrategia de dos paradas justo a tiempo de pillar a Hulkenberg en la última vuelta de carrera.
Un momento decisivo en el que Sainz se creció, mientras que su compañero Lando Norris se vino abajo. El novato inglés se jugaba la décima plaza del mundial contra Sergio Pérez, que estaba pegado tras él. En el último punto de adelantamiento, el mexicano se tiró y adelantó ante un inofensivo Norris que dejó todo el hueco del mundo y más, perdiendo su top diez mundial.
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