La Formula 1 tal y como la conocemos hoy en día seguirá existiendo. Tras el anuncio por parte de la FOTA de la creación de un campeonato paralelo, saltaron todas las alarmas. El gran negocio de Max Mosley y Bernie Ecclestone corría peligro, y está claro que eso no podía pasar. Ayer mismo se filtraba el posible calendario del nuevo campeonato FOTA y hoy, durante el Consejo Mundial, equipos y federación internacional han encontrado una solución. Tenemos fumata blanca.
Está claro que lo que querían los equipos era poner contra las cuerdas a la FIA y a tenor de los resultados ha surtido efecto. Crear un campeonato de cero era una apuesta arriesgada aunque, visto lo visto, necesaria para devolver las aguas a su cauce. En el camino la FIA ha perdido buena parte de sus reinvindicaciones para 2010.
La próxima temporada se mantendrá el reglamento técnico actual y el término de límite presupuestario habrá que guardarlo por el momento en el armario. Pero quizás la acción más demandada por los equipos y la que menos carácter deportivo tenía era que Max Mosley dejara de ser presidente de la FIA. Y los equipos lo han conseguido.
El próximo mes de octubre había elecciones y el británico se postulaba para su reelección. Pero no. Max Mosley dejará el cargo de presidente de la Federación Internacional de Automovilismo tras más de 15 años y muchas, muchas, metidas de pata. El británico ya se lo olía y en un acto de autocrítica parece que se planteó la posibilidad de una renuncia. Suerte en el futuro y sólo podemos esperar que sea lejos de las cuatro ruedas.
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