A principios de los años 90, el Gobierno de Estados Unidos convirtió uno de los muchos Ford Bronco que se veían por sus ciudades y carreteras en un vehículo de escucha que utilizó el departamento de Seguridad Nacional en Texas.
Más de 30 años después acumula menos de 70.000 km en su odómetro, está perfectamente mantenido y ha acabado en un concesionario de vehículos de ocasión de Chicago esperando a que alguien lo compre por menos de 30.000 dólares.
Discreto por fuera y amplio por dentro
Las fuerzas y cuerpos de seguridad de Estados Unidos nos quedan muy lejos, pero las películas americanas han conseguido que estemos familiarizados con el FBI o el SWAT. Incluso conocemos algunos de sus procedimientos, como las labores de escucha desde vehículos camuflados.
Con internet y el desarrollo de la tecnología, es algo que ha caído en desuso, pero hace décadas fue una técnica habitual para espiar a los malos. No era algo exclusivo de Hollywood y la ficción, realmente había policías que pasaban horas dentro de un coche o una furgoneta para conseguir pruebas.
El Ford Bronco de 1992 que vende Chicago Motors INC es la mejor demostración de ello. Aparentemente es un Ford Bronco más de principios de los años 90, un todoterreno muy popular en Estados Unidos, pero su interior está modificado para ser un vehículo de escuchas federal.
Como en esa época había tantas unidades en las calles, era perfecto para pasar desapercibido. Los cristales tintados de su parte trasera hacen el resto, encargándose de ocultar un habitáculo reconvertido en puesto de vigilancia.
Cuenta con una silla giratoria, dos mesas de tipo escritorio, múltiples compartimentos, luces, altavoces y paneles de madera para separar la parte posterior del habitáculo de la delantera, que es idéntica a la de cualquier Bronco convencional. También tiene cerraduras que permiten cerrar el coche desde el interior.
Bajo el capó se esconde un motor V8 de 5.0 litros asociado a una caja de cambios automática de cuatro marchas y a un sistema de tracción total. Como solo ha recorrido 39.000 millas, el equivalente a unos 63.000 km, está nuevo. Además, el vendedor asegura que se ha revisado por completo y “se conduce con suavidad incluso a velocidades superiores a 80 mph (128 km/h)".
Todos los líquidos están cambiados, el aire acondicionado ha sido actualizado con gas R-132, la ventana trasera funciona perfectamente (se oculta dentro del portón), tiene frenos nuevos y ruedas recién cambiadas.
Lo cierto es que, más allá de su estado, que parece realmente bueno por lo que dice el comprador y cómo se ve en las fotos, lo más llamativo de este coche es su historial y su curriculum después de haber servido al gobierno de Estados Unidos durante años.
Al fin y al cabo, coches de segunda mano hay muchos, incluso en este estado, pero vehículos de escucha hay muy pocos, al menos a la venta. Y lo cierto es que tampoco tiene un precio prohibitivo: piden por él 29.995 dólares, el equivalente al cambio actual a unos 28.000 euros, por lo que es bastante más barato que un Volkswagen Golf nuevo “pelado”.
