Primero los chips, luego los logotipos: la escasez deja miles de Ford sin terminar en un aparcamiento que se ve desde el espacio

Ford lleva lidiando meses con la falta de componentes y ya tiene retenidos casi 45.000 vehículos inacabados en el aparcamiento del circuito de carreras Kentucky Speedway (EEUU), que ya son visibles desde el espacio. A la falta de chips y otras piezas que traen de cabeza a la compañía, ahora se suma un nuevo y curioso desafío: la escasez de insignias de la marca.

Sin su característico óvalo azul y las placas que identifican los modelos, cientos de vehículos, incluyendo varias pick-up superventas de Ford como laF-150 y sus hermanas F-250 y F-350 se suman al estropicio y permanecerán en el limbo de Kentucky a la espera de los distintivos, o una alternativa convincente para Ford.

El 'menor' de sus problemas

A principios de año el principal problema para las camionetas retenidas era la falta de microchips y otros componentes (unido a los 'cuellos de botella' en la cadena de suministros) que lastraban las entregas.

Pero en este caso, el culpable de los nuevos retrasos podría ser un proveedor en particular, envuelto por un asunto muy turbio -literalmente- que implica vertidos contaminantes en el alcantarillado local, y que incluso llegaron al conocido lago Hurón (EEUU) en pleno verano.

En 2021 llegó un momento que las camionetas inacabadas de Ford apiladas en el aparcamiento del circuito de Kentucky Speedway eran tantas que incluso podían verse desde el espacio. Y ahora, ha vuelto a ocurrir.

En las últimas semanas, varios medios estadounidenses se han hecho eco de distintas imágenes que muestran miles y miles de camionetas de Ford retenidas a unos 50 km de su factoría natal, en Lousville (EEUU) que la compañía espera poder entregar "antes de final de año".

Es cierto que la situación no es tan grave como el año pasado, pero que haya miles de vehículos en el limbo (se cifran entre 40.000 y 45.000 aproximadamente) sin poder llegar a manos de sus dueños, es un problema tanto para los clientes como para la marca.

Foto cedida por Pat Brindley Roeder, Kentucky (EEUU)

En cuanto a las dos fotos de este post tomadas a pie de circuito, nos han sido cedidas por su autora, Pat Brindley Roeder, una residente de la zona que ha asegurado que estas pick-ups “se están conduciendo hasta a la pista de carreras donde están aparcadas en lugar de entregarlas en un camión de transporte”.

Además, según Roeder, Ford también está almacenando otros de sus vehículos ‘sin terminar’ (desde el F-350 Platinum hasta el F-550 con chasis cabina) en una antigua fábrica de municiones en Charlestown, Indiana, que está a unos 25 minutos en coche de la factoría de las Super Duty de Ford.

Foto cedida por Pat Brindley Roeder, Kentucky (EEUU)

Según han confirmado fuentes de la compañía en una entrevista con “The Drive”, la mayoría de estos vehículos siguen esperando a que lleguen los microchips que necesitan:

"La escasez mundial de semiconductores sigue afectando a las plantas de Ford en Norteamérica, al igual que a los fabricantes de automóviles y otras industrias de todo el mundo", dijo el portavoz de Ford.

Sin embargo, a este principal escollo ya conocido, en los últimos días se ha unido otro igual de curioso que preocupante, que deja una vez más al descubierto el desafío que supone para los fabricantes la falta de suministros, por insignificantes que parezcan: la escasez de chapas y placas identificativas del gigante del óvalo azul.

The Wall Street Journal recoge que este nuevo retraso, que afecta a cientos de vehículos, puede deberse a algunos problemas de producción recientes que involucran a un proveedor de Ford: Tribar Manufacturing.

La compañía fabrica placas de identificación de modelos en sus instalaciones en Wixom, Michigan (un suburbio de Detroit) y entre sus clientes, además de Ford, se encuentran algunos de los fabricantes de automóviles más grandes del mundo como GM y Toyota.

El 29 de julio, Tribar inundó la planta local de tratamiento de agua con agua contaminada con un 5 % de cromo hexavalente, una conocida sustancia cancerígena.

Un empleado de Tribar anuló las alarmas hasta 460 veces en tres horas tratando de “ocultar” el problema, pero el agua cargada de veneno se vertió en una vía fluvial esencial en pleno verano en Detroit y acabó en el popular lago Hurón.

Las agencias estatales acusaron a la compañía de "complicar su investigación del vertido" (que no era el primero), y la actividad de la compañía acumula retrasos desde entonces.

Al parecer, los ejecutivos de Ford están considerando algunas soluciones temporales como la impresión de sus logos en 3D hasta que les lleguen los permanentes, pero no están seguros de que las sustituciones impresas cumplan con los estándares de calidad, así que según WSJ, muchos llegan a los concesionarios -y al aparcamiento de Kentucky- sin ellos.

Según el CEO de Ford, Jim Farley, la escasez de chips “se ha estabilizado desde su punto más bajo en 2021”, pero eso no significa que su compañía esté libre de los problemas derivados de la cadena de suministro que está afectando a todos los fabricantes desde hace ya dos años que parecen interminables.

Más, cuando intentas satisfacer una demanda insaciable con componentes limitados.

Al menos Ford no tiene que defenderse de los ladrones en Kentucky e Indiana como le sucede en Michigan, donde han sido robados ya más de un millón de dólares en F-150 Raptors de los almacenes cercanos a la sede que tiene el fabricante en Dearborn.

Si acabar la producción de sus vehículos ya es difícil, que los roben mientras sus dueños esperan es un dolor de cabeza más a la lista para el gigante de Detroit.

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