Ford GT Heritage Edition, un homenaje a los GT40 Gulf que conquistaron Le Mans hace 50 años
Ford GT Heritage Edition es la forma en la que la marca del óvalo azul quiere rendir homenaje a las gestas de Ford en Las 24 Horas de Le Mans de los años 1968 y 1969. Hablamos, claro está, de las victorias en La Sarthe con los Ford GT40 Gulf. ¿Y qué mejor tributo para estas victorias que utilizar hoy en día los emblemáticos colores azul celeste y naranja marigold de Gulf?
De vuelta a los orígenes, o cuando Henry Ford II se picó con Enzo Ferrari y finalmente venció
Los Ford GT Heritage Edition están dedicados al tercer y al cuarto triunfo de los Mk I en Le Mans, los coches de carreras que montaban el motor 4.9 que compartían con el Shelby Cobra. Antes que ellos vencieron los Mk II y Mk IV con los motores de 7 litros del Ford Galaxie, pero la FIA impuso una restricción a la cilindrada que dejó fuera de juego a los Ford GT40 más modernos y motivó que los Mk I compitieran en la carrera de resistencia por antonomasia.
Año | Dorsal | Pilotos | Generación | Motor | |
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1966 | #2 | Bruce McLaren | Chris Amon | Ford GT40 Mk II | V8 6982 cc |
1967 | #1 | Dan Gurney | AJ Foyt | Ford GT40 Mk IV | V8 6980 cc |
1968 | #9 | Pedro Rodríguez | Lucien Bianchi | Ford GT40 Mk I | V8 4942 cc |
1969 | #6 | Jacky Ickx | Jackie Oliver | Ford GT40 Mk I | V8 4942 cc |
En 1968, al Ford GT40 Gulf le surgieron dos duros rivales: el Porsche 907 y el Porsche 908, que incorporaban motores de menos de 3 litros. Finalmente el GT40 número 9 se alzó de forma clara con el triunfo y los pilotos de los Porsche ##66 y ##33 tuvieron que conformarse con acompañar en el podio a los rivales del coche pintado de azul y naranja.
Tras el triunfo de 1969, los Ford GT40 Gulf definitivamente pasaron a la historia. Más aún, cuando el chasis número 1075, el ganador de 1968, se convirtió en uno de los pocos coches que ha repetido victorias en Las 24 Horas de Le Mans.
Pero para contextualizar adecuadamente la leyenda hay que ir un poco más atrás en el tiempo. Y es así como nos plantamos en 1963, cuando realmente comienza la leyenda de los Ford GT40.
Enzo Ferrari no sólo trabó amistad con Ferrucio Lamborghini (“un fabricante de tractores no puede entender mis coches”, dicen que dijo), sino que hizo buenas migas también con Henry Ford II. El de Dearborn iba como loco detrás de un triunfo en Le Mans, y en 1963 llegó a sus oídos que Il Commendatore le vendería Ferrari. Cuentan que, tras muchas negociaciones, Henry Ford II y Enzo Ferrari se reunieron en Maranello para la firma del acuerdo entre ambas empresas, y que en el último momento el italiano se levantó de la mesa, diciendo que no estaba de acuerdo con una de las cláusulas del contrato, y que nunca vendería Ferrari a Ford.
Por supuesto, el mandamás americano experimentó un monumental cabreo.
Henry Ford II envió entonces al ingeniero Roy Lunn hasta Reino Unido para crear la Ford Advanced Vehicles, donde montarían un equipo dirigido por John Wyer y formado por gente de Aston Martin y de Lola Cars, con el propósito de crear un coche de carreras único. Más tarde se les añadiría un tal Carroll Shelby, un piloto de Aston Martin que tenía buena mano para las preparaciones de coches.
Habían formado un buen equipo, pero les faltaba pulir detalles. Y es que antes de conseguir batir a los Ferrari en el circuito, los primeros Ford GT40, salidos de la fábrica en 1964, sufrían todo tipo de problemas en pista. El que no se estrellaba salía ardiendo o con la caja de cambios completamente destrozada.
Y así fue como la Shelby American salvó a los Ford. En enero de 1965, Shelby retiró el motor 4.2 que venían utilizando los primeros Ford GT40 Mk I y colocó uno de su propia cosecha: el 4.9 del Shelby Cobra, un motor con el que había triunfado en Bridgehampton y Le Mans en clase GT, y tres veces en los campeonatos que organizaba el Sports Car Club of America.
Asimismo, sustituyó la caja de cambios Collotti Tipo 37 por una ZF 5 DS-25, que resultó ser más fiable, e hizo lo propio con los neumáticos Dunlop, que reemplazó por Goodyear. En febrero de 1965, sólo un mes más tarde, el Ford GT40 ganó su primera carrera en Daytona.
Pero aún quedaba trabajo por hacer. En las 12 Horas de Sebring un Chaparral 2A-Chevrolet pilotado por Jim Hall y Hap Sharp barrió a los Ford. Y entonces Shelby decidió jugársela al máximo, colocando en el coche un salvaje motor 7.0 que daría pie a la siguiente generación de los Ford GT40: los Mk II.
Con ese propulsor se presentaron en Las 24 Horas de Le Mans 1966 ocho Mk II apoyados por cinco MK I para destruir a los tres Ferrari que había en pista. Y sí, los Ford coparon el podio. Un año más tarde, en 1967, un Ford GT40 Mk IV hizo gala de un ambicioso rediseño y volvió a triunfar en la mítica carrera que tanto había anhelado Henry Ford II.
Sin embargo, las elevadas velocidades que alcanzaban los bólidos motivaron que en 1968 se limitaran las cilindradas a 3 litros en el caso de los prototipos y a 5 litros en el resto de los coches. Ford se retiró entonces de la competición, aunque la marca continuó prestando todo su apoyo al equipo Gulf, que siguió utilizando los Ford GT40 Mk I con motores de Shelby.
Y de ahí, los triunfos de 1968 y 1969 con los Mk I, y ahí es donde volvemos a 2018.
Aprovechando la épica de los Ford GT40
Los Ford GT Heritage Edition se valen de toda la épica que rodea las gestas de los Ford GT40 para vender exclusividad a golpe de acabados bonitos y distintivos.
Así, por primera vez el nuevo Ford GT dispone de un paquete opcional con detalles en fibra de carbono como la que encontramos en el pilar A, llantas de 20 pulgadas forjadas de aluminio oscuro en alto brillo, con tuercas en negro, pinzas de frenos en color naranja y coquillas de los retrovisores en color plateado. Eso sí, ahora las ruedas calzan neumáticos Michelin, y no cubiertas Goodyear.
Los Ford GT Heritage Edition también guardan un recuerdo para los dorsales que hicieron historia de la mano de Gulf. En el 2019 Ford GT Heritage Edition se podrá ver en el capó y las puertas el número 9 que llevaron el mexicano Pedro Rodríguez y el belga Lucien Bianchi en 1968, mientras que en el 2020 Ford GT Heritage Edition encontraremos el número 6 correspondiente al coche que pilotaron el belga Jacky Ickx y el británico Jackie Oliver en 1969.
No se prevén más años de producción para esta serie limitada y numerada.
En el interior, los asientos cuentan con un grabado inspirado en el coche vencedor de Le Mans en 1968, y acabados en material inoxidable oscurecido de alto brillo en puntos como el panel de instrumentos o en los tiradores de las puertas.
También encontramos Alcantara en color ébano en los asientos, el panel de instrumentos, los revestimientos de los pilares y los guarnecidos del techo, así como en el volante. A modo de contraste, los colores azul y naranja están presentes en los pespuntes de los asientos y el volante, mientras que las levas del cambio son de metal anodizado.
Por lo demás, el Ford GT aporta el mismo motor que el modelo de serie, el EcoBoost 3.6 turboalimentado con 656 CV y 745 Nm para 1.385 kg, lo que permite al bólido alcanzar una velocidad máxima de 348 km/h.
No es la primera vez que Ford rinde un homenaje parecido a los vencedores de Le Mans. El año pasado la marca del óvalo azul ya nos llamó la atención con el Ford GT '67 Heritage Edition, con motivo del 50º aniversario del triunfo en La Sarthe, y ahora se une a la celebración toda la iconografía Gulf.
¿Y que dice Gulf a todo esto? Pues que están muy contentos. Ravi Chawla, director de Marketing de Gulf Oil, compañía que hoy se encuentra en manos del grupo empresarial indio Hinduja, explica que “la marca Ford ha desarrollado un papel primordial a la hora de situar a Gulf en la leyenda del motor y la competición, y viceversa”. Chawla no duda en hablar del Ford GT Hetitage Edition como un “sucesor espiritual moderno del asombroso Ford GT40 Gulf que consiguió honores en Le Mans y en el Campeonato Mundial”.