Los pequeños artesanos son siempre los que más puras hacen las réplicas. Y cuando digo puras, me refiero a las sensaciones que transmiten, porque para qué negarlo, el que compra este coche no lo quiere para pasearse un domingo por la mañana, lo quiere para dar lo máximo en un circuito.
Este es el caso del Bessia Byscaine GT, una réplica del mítico Ford GT40 construida en Argentina por el equipo de mecánicos de Osvaldo Bessia, un ex-campeón de la Formula 2 en los ‘70, y que tiene como base de operaciones los hangares abandonados del aeropuerto de Don Torcuato. Artesanía pura.
Y no es una réplica fiel al 100%, ya que según su creador, se han tenido que reestudiar distintos elementos de chasis (ahora tubular) para dotarle de una mayor seguridad. De hecho, su carrocería no es un calco de la original, pero sí tiene como base sus medidas y formas.
Para diseñarlo, Osvaldo tuvo que viajar al Reino Unido para pedir prestado a un amigo un Ford GT40 original y a partir de ese coche, tomar las medidas necesarias e infinidad de fotos, con el fin de poder hacerlo lo más fiel posible a lo que él tenía en mente.
Al carecer de salida en el mercado argentino por la homologación, su destino está algo más al norte, en los Estados Unidos, donde el trámite de la homologación es mucho más ligero y fácil de solucionar. Pero la estricta normativa de emisiones hace que se envia sin motorización.
De esa parte responde Ford Motorsport, que son los que suministran el bloque V8 5.7 que da vida a esta bonita réplica. Con sus 465 CV y sus 950 kg de peso, obtiene una relación peso/potencia de 2,26 kg/CV, similar a la de vacas sagradas como el Ferrari Enzo o el Porsche Carrera GT.
Pero lo mejor de todo es su precio, para nada escandaloso: 90.000 dólares. Un pico, sí, pero un pico bien pagado si el coche rinde lo que se le presupone, que por lo visto sí lo hace.
Vía | diariomotor.com
Más información | Argentina Auto Blog
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