El emblemático Ford Mustang que apareció en 'Bullitt', la película de 1968 dirigida por Peter Yates y protagonizada por Steve McQueen, ha sido subastado por 3,4 millones de dólares (unos 3,06 millones de euros al cambio actual), convirtiéndose en el Mustang más caro vendido en la historia.
La puja se llevó a cabo en en el Osceola Heritage Park de Kissimmee, en Florida (Estados Unidos) y estuvo organizada por la casa de subastas Mecum Auctions, que lo adjudicó por 3,4 millones de dólares, superando con creces los 2,2 millones de dólares que se llegaron a pagar por un Shelby GT 500 Super Snake, hasta ahora el Mustang más caro de la historia.
Una cuantía nada desdeñable máxime si se tiene en cuenta que se trata de un coche por el que originalmente Robert Kiernan Jr. pagó 6.000 dólares, allá por 1974, después que hubiese pasado por dos propietarios: Robert Ross, un empleado de Warner Bros que lo adquirió tras la película, y Frank Marranca, un detective de Nueva Jersey que detentó el ejemplar entre 1970 y 1974.
En 1977, tres años después de que Kiernan se hiciese con el coche, el propio Steve McQueen le escribió una carta explicándole que quería recuperar "su Mustang del '68", llegando incluso a ofrecerse para comprarle otro Mustang, pero el que fuese por entonces dueño del Pony Car desestimó la oferta.
De la reaparición a convertirse en el Mustang más caro, en dos años
Posteriormente, ya en 1981, fruto de las averías y la fama ganada por la mítica persecución cinematográfica de diez minutos de duración con el teniente Frank Bullitt, interpretado por Steve McQueen, al volante, su propietario decidió esconder el coche con 74.000 kilómetros recorridos por entonces.
Nada se supo del coche hasta 2018, cuando reapareció en el Salón de Detroit como una de las grandes estrellas del evento con motivo del 50º aniversario de la película, tras haber pasado 37 años en el ostracismo.
Cabe recordar que para el film se utilizaron dos GT Fastback de 1968 pintado en Highland Green. En lo que respecta a la unidad que ha sido ahora subastada, una unidad con mucha historia a sus espaldas, está prácticamente con la misma apariencia y elementos con los que apareció en la gran pantalla.
Así, cuenta con una parrilla oscurecida, se quitaron los emblemas y luce unas llantas Torq Thrust de color gris, mientras que en el interior el pomo y el volante sí son nuevos puesto que los originales fueron robados.
A nivel mecánico, el motor fue reconstruido con piezas originales de Mustang, se reforzó el sistema de suspensión y se crearon puntos de montaje para las cámaras, lo que explica, por ejemplo, los agujeros que hay en su maletero y que en su momento se usaron para que los cables del generador pasaran a las cámaras y las luces.
En suma, se trata de un coche de lo más especial, icónico y ahora todavía más histórico después de erigirse en el Mustang más caro vendido en la historia al que la firma del ovalo le ha rendido homenaje durante el Siglo XXI con una saga de tres generaciones inspiradas en el emblema automovilístico.