¿Es el Ferrari Testa Rossa J el juguete más bonito del mundo? Probablemente, aunque su belleza es directamente proporcional a su precio. Este pequeño eléctrico -que no está homologado para circular en carretera-, busca redescubrir los iconos del pasado de la marca a los ferraristas más jóvenes (y afortunados).
Creado para mayores de 14 años, se trata de una réplica a escala del 75% sorprendentemente fiel al icono que nos traslada a los mayores desafíos y a algunas de las victorias más sonadas del Cavallino Rampante en competición: el histórico 250 Testa Rossa de 1957.
Un juguete exclusivo desarrollado con la ayuda de Ferrari
El Testa Rossa J, del que solo se fabricarán 299 unidades, nace de la colaboración entre The Little Car Company -una empresa especializada en la producción y comercialización de Junior Cars- y la propia Ferrari, que ha supervisado todos los aspectos del proyecto.
Se trata de una reproducción muy especial del mítico 250 Testa Rossa, uno de los Ferraris más famosos: protagonista de los circuitos en los años 50 y 60 del siglo pasado, acumuló 18 victorias en su historia y tres campeonatos de marcas (en 1958, 1960 y 1961).
Además, fue el único Ferrari que ganó las 24 Horas de Le Mans cuatro veces (1958, 1960, 1961 y en 1962) considerando su última evolución, el 330 TRI LM.
Para satisfacer a los más nostálgicos, el Maranello Style Center estudió minuciosamente las proporciones y la carrocería, mientras que el diseño del chasis y otras piezas se realizaron sobre la base de los dibujos originales del 250 que conserva Ferrari Classiche, escaneados y recreados digitalmente.
Como resultado, el Testa Rossa J reproduce escrupulosamente la primera versión del original con carrocería tipo barchetta, esculpida por Scaglietti.
La atención al detalle de este pequeño cavallino es incomparable, pues entre otras cosas la carrocería se ha realizado a mano en aluminio, con el mismo proceso que se siguió para los modelos históricos. La pintura también es la misma que se aplica en los coches de producción.
Para el habitáculo de este bólido tan especial, el Ferrari Style Center ha diseñado un asiento individual para acomodar a un adulto y a un niño, que reproduce los ribetes de los asientos originales.
En cuanto al volante, está firmado por Nardi -uno de los proveedores del 250- y se ha desarrollado con el sistema de liberación más pequeño del mundo para facilitar la entrada del conductor.
Las tres baterías del motor eléctrico están colocadas en la parte delantera del coche y garantizan una autonomía de 90 km de uso. El “manettino” en el salpicadero permite elegir entre cuatro modos de conducción.
El modo “Novato” diseñado para una conducción tranquila, entrega 1 kW y alcanza los 20 km/h; el “Comfort” sube a 4 kW de potencia y una velocidad máxima de 45 km/h y en los “Sport” y Race” que son gradualmente más deportivos, se consigue una aceleración instantánea y una velocidad punta de unos 60 km/h.
La seguridad fue una prioridad durante el desarrollo del automóvil: además de sistemas pasivos como el refuerzo de los laterales, y la posibilidad de insertar una barra antivuelco conectada al chasis, para el Testa Rossa J se eligieron frenos de disco Brembo (a diferencia de los frenos de tambor del modelo original) y suspensiones Bilstein.
El Testa Rossa J ofrece una amplia gama de personalizaciones y combinaciones de colores, basadas en una investigación de Ferrari Classiche sobre las libreas que han cubierto el 250 Testa Rossa a lo largo del tiempo.
A través de un configurador en línea, los clientes pueden elegir entre 14 libreas históricas, 53 colores de carrocería y otras soluciones con espíritu de carreras, siempre fieles al estilo Ferrari.
¿El precio? Comienza en 93.000 euros sin impuestos. Pero tener un Ferrari en miniatura desde pequeño -aunque sea eléctrico- y dónde usarlo, seguramente debe ser una experiencia impagable.
En Motorpasión | Este Porsche 911 GT3 es el juguete a escala que todo niño grande querría tener en su garaje