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Motorhome, tu verano sobre una casa con ruedas

Aquellos que lo han probado dicen que viajar en caravana es mágico. Que se viven experiencias que de otra forma están vetadas. Quizá por eso se haya convertido en una tendencia al alza en España y cada día existan más opciones y oportunidades para disfrutar de una forma de viajar muy características. Sin embargo, se trata de un tipo de turismo que requiere conocer sus normas, pues los límites de velocidad, por ejemplo, no son los mismos que para un turismo convencional. Llevarse la casa a cuestas tiene su encanto y las posibilidades son enormes, pero también tiene sus limitaciones y sus inconvenientes, como un aumento de los precios en destino que suben cada año.

España es uno de los países que más han tardado en sumarse a esta moda. Por ejemplo, Alemania lleva ocho años como líder indiscutible en el sector con las ventas más elevadas de este tipo de vehículos. Noruega, Bélgica y Francia le siguen a la cola mientras que en nuestro país, las ventas han aumentado un 27% según la Federación Europea de Caravaning (ECF). Esto ofrece la posibilidad de contar con mayores ofertas, un mayor número de lugares donde acudir, mayor información y un largo etcétera que aumenta el atractivo del caravaning.

Por otro lado, el caravaning, como se le conoce a esta práctica, cuenta con diversas opciones de vehículos con precios de lo más dispar, que permiten acceder a este mundillo a casi todo el mundo. Desde pequeñas furgonetas adaptadas para este estilo de vida, hasta camiones de gran tonelaje y precios desorbitados que son auténticas casas rodantes que, en ocasiones, son más lujosas que un hotel de cinco estrellas. Y encima tenemos la posibilidad de ver ‘paisajes de ensueño’ cada vez que nos asomemos por una ventana.

No es necesario un carnet especial para practicar el caravaning

Debido a la gran oferta de vehículos para caravaning, es posible conducir con el carnet tipo B para turismos. Esto ofrece la oportunidad de que cualquiera que lo desee y disponga del presupuesto necesario, pueda aventurarse en este mundillo. Sólo debemos tener en cuenta, que si nos decantamos por una caravana de tipo remolque, esta no debe superar los 750 kilos y si optamos por una autocaravana o un vehículo tipo camper, el peso máximo autorizado son 3.500 kilos. Además, no se pueden superar las nueve plazas. Desde aquí, las opciones son inimaginables y los precios pueden superar los 200.000 euros.

Casi cualquier vehículo sirve para esta tendencia. En Estados Unidos hay especialistas que ofrecen accesorios que se acoplan al vehículo y lo convierten en una autocaravana. También existen fabricantes que transforman vehículos comerciales en camper, con todo lo necesario para vivir aventuras dignas de libros de acción. Un furgón como la Toyota PROACE es un potencial camper si llevamos a cabo los pasos necesarios (incluida una homologación). De hecho, esta última opción de convertir vehículos de carga en camper es muy popular por las posibilidades que ofrece y la cantidad de especialistas que tienen en catálogo toda clase de accesorios para su transformación.

Sin embargo, debemos tener muy en cuenta la normativa para cada uno de estos vehículos. Una caravana tipo remolque está sujeta a las regulaciones de remolque (obviamente) y en autopistas y autovías no se pueden superar los 90 km/h. Velocidad que baja a 80 km/h en carreteras secundarias con más de un carril por sentido y con arcén de al menos metro y medio de ancho, con un límite de 70 km/h en el resto de carreteras. En cuanto a las autocaravanas de no más de 3.500 kilos, sus límites de velocidad son de 100, 90 y 80 km/h respectivamente. Si nuestro vehículo superar lo permitido por el carnet B de coche, entonces necesitamos el B+E o el B96.

Nadie puede viajar en el habitáculo de la caravana pero se puede estacionar en cualquier sitio

Todos hemos visto en películas como la gente viaja en el habitáculo de la caravana mientras el conductor enfila la carretera rumbo a su destino. Pues bien, eso en España está totalmente prohibido. Nadie puede viajar en el habitáculo y mucho menos ir durmiendo durante el trayecto en la cama. Todos los pasajeros deben estar en sus respectivos asientos y con los cinturones abrochados. Los animales, más de lo mismo, con su respectivo transportín o bien, la sujeción homologada.

No ocurre lo mismo con las autocaravanas. En estas si se puede viajar en el habitáculo siempre y cuando los asientos estén homologados para viajar y se vaya sujeto con los sistemas de retención de uso obligatorio. Un gran número de autocaravanas no tienen una diferenciación entre puesto de conducción y habitáculo, se trata de un ‘espacio corrido’ sin separación física. Las hay con una mampara que separa ambos compartimentos, en cuyo caso la duda luce por su ausencia y todos los ocupantes deben ir en el espacio habilitado para viajar, caso de las camper, si es que se pueden considerar autocaravanas.

Uno de los mayores inconvenientes lo encontramos a la hora de aparcar. Según la normativa, se puede estacionar en cualquier lugar que esté habilitado para ello y se cumplan las normas de tráfico. Hay ayuntamientos que ponen multas según sus propias normativas que pueden ir en contra de las regulaciones de tráfico, así que se recomienda llevar una copia de la instrucción 08/V-74 de la Dirección General de Tráfico, en relación a las autocaravanas donde regula el estacionamiento. También es recomendable informarse sobre la normativa local y así evitar posibles problemas.

Además, como es un vehículo privado, podremos dormir y comer en su interior siempre y cuando estemos estacionados. Las multas llegarán si acampamos. ¿Cuál es la diferencia? Acampar se considera cuando existen elementos fuera del vehículo tales como sillas, mesas o similares. La acampada libre está prohibida y para ello debemos acudir a los famosos campings. Ojo, porque hay caravanas y autocaravanas que cuentan con toldo, cuyo empleo se puede considerar acampar y conlleva multa. También habrá multa si hay ruido excesivo, se vierten líquidos a la vía o molestamos al resto de usuarios de la vía. Las camas sobre techo se pueden usar, pues no sobresalen del perímetro del vehículo y no se considera acampar.

Una forma diferente de viajar, más relajada, pero con múltiples opciones de destino

Si consideramos todo lo comentado hasta el momento, el mayor inconveniente viene a la hora de adquirir un vehículo de este tipo. La contrapartida es que tenemos muchísimas opciones de destino, sin tener que pensar en hoteles o pensiones. Podemos viajar a un ritmo tranquilo mientras se disfruta del paisaje y de la conducción del vehículo, con la posibilidad de parar en cualquier lugar que nos encontremos sin miedo a precios de hoteles abusivos, a no tener habitación disponible o bien, a tener que dormir en un hotel a kilómetros de distancia del lugar que queremos visitar.

El componente ‘campero’ y aventurero de este tipo de vehículos es otro plus. Aquellos que gusten de salir a carretera sin destino y sin planes preorganizados, tienen en el caravaning un mundo inmenso con el que disfrutar durante largas jornadas de viaje y si preferimos acampar, cada día existen más lugares habilitados para ello con conexión eléctrica, toma de agua corriente, baños públicos con ducha y unas instalaciones pensadas para el caravaning.

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