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Aprobar la ITV no es ya más un problema si sabes dónde falla tu coche

España es uno de los países con el parque automovilístico más viejo de toda Europa. El envejecimiento de los coches españoles se puede apreciar a simple vista, con una edad media que supera con creces los 10 años. Según datos de las diversas asociaciones automovilistas, en nuestro país se venden al año 130.000 coches con más de 20 años de antigüedad y de seguir así, en el año 2024, circularán por España más de cuatro millones de vehículos con más de 20 años.

Para los aficionados, que un coche tenga más de 10 años no es un problema. Si el vehículo funciona correctamente, no hace falta cambiarlo. Además, los automóviles modernos cuenta con una buena calidad de fabricación, que hace menos notorio el paso de los años. También está, como punto importante en la ecuación, el coste de adquisición de un modelo moderno, en muchos casos, bastante elevado que sumado a la depreciación, provoca que muchos conductores no vean rentable la compra de un automóvil moderno.

El caso es que a fecha de 2018, la media de edad de los turismos en España se sitúa en los 12 años. Un panorama que pretenden cambiar desde las asociaciones y los gobiernos, modificando la ITV y subvencionando la compra de automóviles más modernos. Las subvenciones se han mostrado como un buen sistema para espolear las compras de coches nuevos, aunque siempre se han mostrado escasas de fondos y de rápido final. Por el contrario, los cambios en la ITV todavía no se han dejado notar, pero con toda seguridad no tardarán en hacerlo.

Nueva ITV en 2018, con muchos cambios

Una de las principales causas que esgrimen las asociaciones automovilistas y los gobiernos, para efectuar esta serie de cambios, se la mayor seguridad de los coches actuales y también a la mayor contaminación de los más antiguos. Apartados que no se ponen en duda, porque están ahí y se pueden comprobar. Por eso, a partir del próximo 20 de mayo de 2018 entrará en vigor la ‘nueva Inspección Técnica de Vehículos’.

Esta nueva ITV trae consigo una serie de pruebas que harán más énfasis en apartados que hasta ahora no se revisaban. Por un lado, y además bastante importante, dispondrán de herramientas para acceder a los sistema de diagnóstico de a bordo de todos los coches posteriores a 2006. Así podrán conocer el estado de funcionamiento de la dotación electrónica del vehículo. Habrá un mayor control de los sistemas de seguridad y dispositivos como el ABS o el control de estabilidad pasarán bajo la lupa de las Inspecciones Técnicas.

Una de las consecuencias será que todos aquellos que hayan modificado la electrónica del vehículo, tendrán que pasar por el taller para devolver a su estado original todo lo modificado. También se revisará que no se hayan manipulado las emisiones, el kilometraje e incluso que no se lleve instalado un avisador/anulador de radares. Es decir, la nueva ITV serán más larga, más compleja y sí, más cara.

Guerra total contra los diésel

Los mayores perjudicados con todos estos cambios son los motores diésel. Llevamos tiempo viendo como desde todos los ámbitos, se ha declarado a los motores diésel como los principales causantes de la contaminación en las ciudades y estas nuevas medidas van en el mismo camino, o casi. A partir del 20 de mayo, el control de las emisiones será mucho más exhaustivo, provocando que muchos automóviles tengan que pasar por el taller para resolver las deficiencias.

Se seguirá haciendo un control de las emisiones por el tubo de escape por sonda, acompañado de una diagnosis electrónica. Pero además, habrá un procedimiento que servirá para controlar las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) con el objetivo de detectar posibles fraudes como el típico vaciado del filtro de partículas o la manipulación de la válvula EGR. El objetivo de todo esto es retirar de la circulación a los más contaminantes y por supuesto, que los fabricantes no vuelvan a dar datos que no son reales en cuanto a emisiones de sus vehículos.

Aquellos modelos diésel anteriores al año 2000, también se verán seriamente afectados por estas nuevas pruebas de las ITV.

Si conoces dónde falla tu coche no habrá problema en la ITV

Está claro que la ITV se vuelva más exhaustiva, más minuciosa. Ahora, superar la Inspección Técnica será más complicado para muchos coches, pues ya en el año 2015, casi el 20% de los vehículos no pasaba la ITV a la primera. Si a esto le sumamos el envejecimiento continuo del parque móvil, la situación no parece la mejor. Pero si prestamos un poco de atención, realizamos un mantenimiento adecuado y en general, cuidamos nuestro coche, no debería haber ningún problema en superar la inspección por muchos años que tenga bajo sus ruedas.

No obstante, no está de más conocer cuáles son los fallos más comunes y así, vigilar nuestro automóvil en estos puntos. El fallo más común de todos, se centra en el alumbrado. Es curioso que uno de los sistemas que más se usan en un coche, las luces, sea el que más rechazos en la ITV provoca, rondando el 25% de los casos. El siguiente fallo en la lista de los más habituales son ejes, neumáticos y suspensiones con poco más del 20% de los casos. Los dos últimos apartados que más fallos acumulan, son los frenos y las emisiones.

Controlando estas cosas, que debería ser algo básico en el mantenimiento de cualquier vehículo, la ITV no plantea problemas por muy complicada que la quieran poner. El caso es que según AECA (Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la ITV), cerca del 20% de los automóviles españoles circula sin haber superado la Inspección Técnica de Vehículos. Además de la peligrosidad que supone no haber pasado una pequeña inspección periódica, circular sin ITV acarrea sanciones económicas (hasta 500 euros) y también puede dejar sin cobertura de seguro en caso de tener un accidente.

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