Uno de los pocos coches que transmite sensaciones puras, sin concesiones de ningún tipo, sin dirección asistida ni kilos y kilos de equipamiento. El Caterham Seven es el coche que todo apasionado del automóvil debería tener en su garaje a pesar de no ser un superdeportivo ni tener un megagigachupi motor de 10 o 12 cilindros bajo el capó. Divertido a rabiar a pesar de su gran sencillez.
Hace poco la marca británica presentó los Seven 270, 360 y 420, ahora se amplía la gama en sustitución del 120 Roadsport con el Caterham Seven 275. Su precio de 29.995 euros junto con un concepto de vehículo poco o nada práctico lo convierten en un capricho, pero no es precisamente caro comparado con otros coches. Sí, en éste vas dando botes, pero te lo pasas como un enano.
No hay cambios apreciables en el diseño, pero sí existe como opción un chasis más largo y ancho SV pensado para los conductores más altos en particular y para realizar excursiones más largas en general. Más espacio en el habitáculo, capacidad de carga, vía delantera más ancha y depósito de combustible con capacidad. Sólo 25 kilos más para esta versión viajera del Seven 275.
El motor que da vida a este Seven es un Ford Sigma atmosférico de cuatro cilindros y 1.6 litros. Desarrolla 135 CV a 6.800 rpm y 165 Nm de par máximo a 4.100 rpm. Pueden parecer cifras discretas e incluso escasas, pero en el mundo Caterham hay que cambiar las referencias. Con un peso de sólo 540 kilos la relación peso/potencia es más favorable que en muchos coches de 300 caballos.
El Seven 275 acelera de 0 a 100 en cinco segundos y alcanza una velocidad máxima de 196 km/h. Como puedes ver las sensaciones están aseguradas y más si tienes en cuenta que vas sentado casi encima del eje posterior y que llevas el trasero rozando el suelo. Caterham ofrece dos paquetes opcionales para este modelo, S y R.
El S tira más por el lado de la comodidad, con asientos de cuero, toma de 12V, moqueta en el interior y llantas de aleación de 15 pulgadas (de serie son de 14). El pack R es más racing y está pensado para los que quieren disfrutar del Caterham al máximo en circuito. Cuenta con un tarado más firme en la suspensión, asientos deportivos con arneses de cuatro puntos, diferencial con deslizamiento limitado, llantas de 15 pulgadas y salpicadero en fibra de carbono.