Esto es lo que ocurre si circulas con neumáticos de verano en invierno

Además de llamar la atención, pasear con botas por la playa en pleno mes de agosto es bastante incómodo, como también lo es andar por la nieve en chanclas, que más allá de que resbales, te garantiza una buena pulmonía.

Con el calzado de los coches pasa algo similar, pero aquí ya no hablamos de razones estéticas, de comodidad o modas, aquí hablamos de seguridad y de SEGURIDAD con mayúsculas. Quitar importancia a nuestras ruedas es admitir la posibilidad de que nuestro coche se salga o no de la carretera, de que se detenga a tiempo y evitemos un alcance o de que no atropellemos un peatón.

Hablar de Seguridad Activa, es hablar de neumáticos

No cabe duda que la evolución de la seguridad activa en los últimos años está siendo mucho más que exponencial. No podemos olvidar que los neumáticos en particular son el elemento clave en lo que se refiere a seguridad: todos los sistemas como frenos, suspensión o dirección entre otros, transmiten sus órdenes a la vía a través de ellos.

Pero nuestras ruedas no siempre “hablan” con una carretera que esté siempre en las mismas condiciones: unas veces está seca, otras mojada, otras fría y otras caliente. Tiene todo el sentido del mundo que el neumático que se comunica con esta vía “tan cambiante” sea el más adecuado en cada momento.

Esta es la principal razón por la que existen neumáticos de verano y neumáticos de invierno. ¿Sabes qué tipo de neumático llevas? Lo más normal en España es montar neumáticos de verano, la temperatura de muchas regiones de nuestro país aconsejan esta decisión. Pero no en todas, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de neumáticos de invierno o verano, la temperatura ambiente marca una importante línea roja y, esa es los 7 grados centígrados.

Cuando la temperatura baja de los 7 grados, el neumático de verano se comporta cada vez peor, por debajo de esta temperatura se endurece y pierde flexibilidad y adherencia.

En estas circunstancias la distancia de frenado por ejemplo, se puede triplicar, si tratamos de esquivar un obstáculo podemos perder el control del coche. Además el coche pierde tracción al no agarrarse el neumático correctamente a la carretera.

¿Cómo es un neumático de invierno?

A simple vista se distinguen fácilmente, lo primero que llama la atención es su banda de rodadura, que presenta un dibujo mucho más recortado que un neumático de verano, además las hendiduras son más profundas, dado que la evacuación de agua ha de ser mayor.

En estas hendiduras, a diferencia de los neumáticos de verano, encontramos dos testigos de desgaste uno ya conocido a 1,6 milímetros y otro a 4 milímetros, cuando se rebasa este último testigo, los neumáticos dejan de ser idóneos para su utilización con la máxima eficacia sobre nieve,** aunque pueden seguir siendo utilizados legalmente en otras circunstancias hasta alcanzar el límite legal general de 1,6 milímetros.

Otra cosa que llama la atención es la cantidad de laminillas que aparecen en los tacos gracias a las cuales la adherencia es mejor, podríamos hacer un símil con lo que sucede en las patas de las arañas que gracias a los “micropelos” que tienen en los extremos de sus patas consiguen una adherencia óptima en las paredes por muy pulidas que estén.

En los flancos de los neumáticos de invierno podemos leer las siglas “M + S”, “MS” o “M&S”, es decir, aptos para barro y nieve (Mud and Snow). También se puede ver un pictograma que consiste en una montaña de tres picos en la que hay un icono de un copo de nieve en su interior, denominado “3PMSF” (3 Peaks Montain Snow Flake), o que también se denomina “Símbolo Alpino”, que identifica los neumáticos de invierno según la regulación UNECE (válido en la Unión Europea y otros países) y la normativa de USA y Canadá. El rendimiento de estos neumáticos en nieve ha sido probado en diversos test y alcanzan e incluso sobrepasan las condiciones mínimas requeridas para su uso en estas condiciones.

Pero lo que no se ve es fundamental, hablamos del propio compuesto del neumático gracias al cual a pesar del frio mantiene su flexibilidad y por lo tanto su adherencia. Estos neumáticos tienen un mayor contenido en sílice (dióxido de silicio), compuesto que entre otras ventajas mejora el agarre del neumático en condiciones de humedad y frío en las cuales el neumático se endurecería perdiendo adherencia.

Nos ahorramos las cadenas

Esto sí que es un alivio para muchos conductores, según el estudio de Direct Seguros “Tu coche, ese gran desconocido” realizado con más de 2.000 conductores, el 56% de los conductores no saben poner cadenas a vehículo, incluso hay quien intenta poner unas cadenas prestadas sin tener en cuenta las medidas del neumático.

Es importante saber que cuando son obligatorias las cadenas se pueden utilizar neumáticos de invierno, todos los neumáticos marcados como “M+S” son legalmente una alternativa a las cadenas, no siendo obligatorio que lleven el marcaje “3PMSF”. A pesar de ello, Continental recomienda que aunque el símbolo M+S en algunos países Europeos esté regulados como aptos para uso en invierno, se utilicen neumáticos marcados con el "símbolo alpino" y que además tengan al menos una profundidad de dibujo de 4mm. Los neumáticos de invierno son en diferentes periodos, obligatorios en muchos países europeos, aspecto muy importante a tener en cuenta si se viaja en estas épocas del año a alguno de ellos.

Por otra parte, como decíamos anteriormente, nos ahorramos el tener que llevar e instalar unas cadenas, que muchas veces nos toca ponerlas en condiciones de seguridad bastante malas, pero sobre todo vamos a circular con mucha más seguridad.

El contacto con la carretera es mayor y de mejor calidad, la superficie de contacto del neumático de invierno es total, mientras que un neumático con cadenas está limitada a la superficie de contacto que va a depender del tipo de cadena utilizada. Por otra parte, las cadenas únicamente se utilizan sobre las ruedas motrices haciendo que las demás queden “a merced” de los acontecimientos.

Cuando las cadenas no se montan correctamente pueden causar daños en el vehículo y, cuando se utilizan sin nieve o hielo deterioran la carretera. Algo que no ocurre con los neumáticos de invierno, gracias a los cuales no es necesario andar poniendo y quitando cadenas en trayectos en los que hay zonas con nieve y otras sin ella.

Pero, ¿hay neumáticos que me valgan para el verano y para el invierno?

Sí, existen los llamados neumáticos “all season”, aunque están concebidos como un neumático para todo tipo de temperaturas, no ofrecen las mismas prestaciones que un neumático de verano por encima de los 7 grados, o las de un neumático de invierno por debajo de esta temperatura. Lo cierto es que se parece más al neumático de invierno y, su dibujo es más adecuado que el de un neumático de verano, para condiciones climatológicas adversas. En España no son utilizados prácticamente.

¿Y dónde los guardo?

El neumático de invierno sigue siendo bastante desconocido, y en todo caso los conductores españoles no estamos acostumbrados a guardar cuatro ruedas en casa, o incluso en el garaje si se diera el caso.

Hoy en día muchos talleres de neumáticos tienen un servicio de “guardería” de neumáticos, esto en principio debería ofrecer dos garantías, en primer lugar que el neumático se va a guardar en unas condiciones óptimas para su conservación y en segundo lugar que el montaje y el desmontaje lo van a realizar profesionales que de paso van a revisar que los neumáticos estén en perfecto estado.

Con el objetivo de alcanzar cero accidentes, cero víctimas y cero muertes en la carretera, Continental ha creado la plataforma VisionZero, para concienciar sobre la importancia de los neumáticos y sistemas de frenado para la seguridad vial.

Fotos: Pixabay, Continental Gráficas: Agustín Galdón