El embrague en un coche puede durar toda la vida del vehículo si su uso ha sido el adecuado. Cambiar el embrague no es una reparación barata, por lo que cuando compramos un coche de segunda mano es importante que nos demos cuenta de ciertos síntomas de desgaste.
Hay una serie de indicios que nos pueden dar a entender que la vida útil de ese embrague está llegando a su fin y que es muy probable que toque cambiarlo, obligándonos a hacer una inversión económica de importancia si es que finalmente compramos ese coche.
Síntomas de desgaste del embrague
En el caso de que aparezcan alguno de los siguientes problemas conviene llevar el coche a un especialista para que dé con el origen del problema:
- El embrague está duro: Si se nota que al pisar el embrague hace más oposición de la cuenta o que el recorrido que debe de hacer se ha acortado, puede ser que haya que cambiar el disco del embrague, falte lubricación o que el cable del embrague no esté bien.
- El embrague patina: Si notamos, sobre todo en marchas largas, que al acelerar el motor sube de revoluciones pero la velocidad no se corresponde con esa subida de revoluciones, el embrague está "patinando". Esto puede deberse de nuevo al disco de embrague, a una mala fricción (falta aceite) o a que el embrague está viejo.
- Cuesta que entren las marchas: Indicio de problema mecánico en las varillas del cambio que evita que se comuniquen bien la caja de cambios con el motor.
- Falta de recorrido: Puede ser signo de que el cable del embrague no está en buen estado, pero también síntoma de mala conducción y que el sistema ha cogido holguras.
- Olor a quemado similar al de los frenos sobrecalentados: En el caso de que el embrague patine demasiado se produce una pérdida de aceite y éste se quema.
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