BMW ha reconocido recientemente que la siguiente generación del i3 llegará en 2022. Con seis años aún por delante para la llegada a los concesionarios del utilitario eléctrico ya han comenzado a trabajar en él dentro de la casa de la hélice.
La marca bávara estaría barajando tres opciones diferentes para la construcción del próximo i3 en un esfuerzo por emparejarse con sus competidores (el Chevrolet Bolt y el Tesla Model 3 como los más directos) con un precio más asequible y que pudiera luchar de tú a tú con los modelos más económicos.
El debate interno en cuanto a la construcción se basa en si mantener una estructura de fibra de carbono, ligera pero muy cara, confiando en que la fabricación en este material se abarate de aquí a la producción en masa del i3, o bien cambiar a una estructura realizada en aluminio ligero. Esta segunda opción podría considerarse un paso atrás tecnológico, pero también representaría una reducción considerable en los costes de producción del modelo.
Como última opción, los ingenieros están barajando un base realizada mediante la mezcla de cinco o seis materiales entre los que estarían el aluminio y la fibra de carbono ya mencionados, plásticos y acero. Dependiendo de los requisitos en cuanto a rigidez estructural de cada pieza se podría emplear un material u otro, pero el proceso de fabricación seguramente se ralentizaría, habría que contar con más uniones entre diferentes materiales y el resultado final, quizá, no sería tan bueno.
En cualquier caso y mirando más allá de cómo fabriquen el chasis, el i3 de 2022 llegaría con una línea futurista colocada unos años por delante del resto de BMW, una autonomía considerablemente superior a la actual (190 km homologados) y, si todo va bien, un conjunto más ligero (1.270 kg y 1.390 kg para el modelo en venta actual).