Naviera Armas prohibió hace unos días a un pasajero subir con su coche eléctrico a uno de sus barcos por miedo a que se incendie. Tenía comprado el billete, por el que pagó más de 600 euros, y lo denunció a la Guardia Civil, pero la naviera no cedió.
Se escudó en que ese barco, el Ciudad de Valencia que cubre la ruta entre Gran Canaria y Cádiz, no cumple un protocolo pactado con las aseguradoras para transportar vehículos eléctricos en un buque. Es el primer veto de este tipo en España.
Naviera Armas es una empresa privada, pero tiene concesión de Servicio Público
Apagar el incendio de un coche eléctrico no es fácil, pero tampoco es sencillo controlar el fuego en un patinete eléctrico. Por eso, algunos medios de transporte están vetando a estos vehículos por el miedo a que salgan ardiendo en su interior.
Ni en el transporte público de Barcelona ni en el de Madrid se pueden transportar patinetes eléctricos. También hay navieras que han prohibido el transporte de coches eléctricos en sus barcos, como la noruega Havila Krystruten.
Varios meses después de que esta compañía anunciase esta decisión, se ha dado el primer caso de un vehículo eléctrico que tiene prohibido subir a un barco español. Según informa el medio Atlántico Hoy, Roberto Amorin, el dueño de un MG4 Electric, como un billete para viajar desde Gran Canaria hasta Cádiz con su coche a bordo del buque Ciudad de Valencia.
Aunque la empresa Visemar es la dueña de este barco, lo opera Naviera Armas, que prohibió el acceso a Roberto con su coche eléctrico al buque, a pesar de que pudo comprar el billete (por el que pagó 615 euros, como informa Autofácil) sin problema y de que la naviera no advierte de esta prohibición de ninguna manera.
Según cuenta Atlántico Hoy, la explicación que recibió Roberto de Naviera Armas es que ha vetado los coches eléctricos en ese barco por el miedo a que se incendien en su interior. Más tarde, el mismo medio ha publicado otra noticia en la que señala que la naviera incumple el protocolo para transportar coches eléctricos.
Naviera Armas se escuda en el incumplimiento de un “protocolo de seguridad pactado con las aseguradoras y elaborado por Allianz para transportar vehículos eléctricos”, como comenta Atlántico Hoy en la última noticia que ha publicado sobre este caso.
Lo cierto es que no sabemos cuál es ese protocolo, si bien es verdad que los últimos casos de incendios en buques que transportaban vehículos eléctricos han dado motivos a las navieras para preocuparse por esta cuestión.
En un informe que ha publicado Allianz este mismo año, la aseguradora reconoce que los incendios de baterías de litio son un problema porque “son más difíciles de extinguir, ya que pueden arder más ferozmente y son capaces de volver a encenderse espontáneamente horas o incluso días después de haber sido apagados”. Sin embargo, el mismo informe asegura que “no necesariamente se queman con más frecuencia que otros productos”.
Allianz también indica que se venden más vehículos eléctricos en todo el mundo y, por lo tanto, los barcos transportan más unidades, pero no hace alusión a ningún protocolo concreto. Simplemente dice que “los riesgos de incendio de las baterías de iones de litio probablemente disminuirán con el tiempo a medida que los fabricantes, transportistas y reguladores aborden los desafíos actuales. Mientras tanto, la atención debe centrarse en medidas preventivas para ayudar a mitigar el peligro”. Además, proporciona algunas recomendaciones para transportar vehículos eléctricos.
Volviendo al caso de Roberto Amorin, la prohibición de Naviera Armas le dejó en tierra, aunque la empresa le ofreció la alternativa de viajar con su MG eléctrico en otro de sus barcos y en una ruta diferente con Huelva como destino final, en lugar de Cádiz. Amorin se negó.
Lo más llamativo es que Naviera Armas permita transportar coches eléctricos en algunos de los barcos que opera y en otros no. La explicación se encuentra en el cumplimiento de ese protocolo al que alude Armas y que el buque Ciudad de Valencia no cumple, a pesar de que se estrenó en el año 2020.
Parte de la polémica del caso tiene que ver con que el veto de la naviera a los coches eléctricos podría ser ilegal porque, aunque Armas es una empresa privada, tiene una concesión del Estado para operar como Servicio Público y no existe ninguna normativa que prohíba transportar coches eléctricos en los barcos, como sí ocurre en el caso de los patinetes y el transporte público de Madrid y Barcelona.
Roberto Amorin se escuda en que esta prohibición no tiene base legal y tampoco está reflejada en los términos y condiciones de la compañía a la hora de comprar el billete, por lo que denunció los hechos a la Guardia Civil.
Foto principal: Facebook de Naviera Armas