El Polestar O2 es un nuevo concept car presentado por el fabricante sueco de coches eléctricos. Se trata de un impresionante cabrio 2+2 eléctrico que prefigura un futuro coche halo para la marca.
Bautizado como Polestar O₂, para ser exactos (aunque lo veremos casi siempre escrito como O2), se trata de un cabrio de techo rígido. Es la visión de Polestar de un coche eléctrico prestacional y pasional. Y por los tiempos que corren es algo inusual, sea eléctrico o de gasolina.
"El Polestar O2 es el coche halo de nuestra marca", comenta Thomas Ingenlath, CEO de Polestar. "Tiene un aspecto increíble, y poder bajar el techo y no oír el motor promete una sensación magnífica", asegura.
Reducir turbulencias para el consumo...y para que el dron pueda despegar
El concepto se asienta sobre ruedas de 22 pulgadas y cuenta con una carrocería esculpida aerodinámicamente diseñada para maximizar la autonomía, mejorando el flujo de aire y reduciendo las turbulencias detrás del vehículo.
Pero la reducción de turbulencias no se limitan sólo al coche, sino también a su dron. Sí, el Polestar O2 cuenta con un dron autónomo integrado detrás de los asientos traseros. Desarrollado en colaboración con la marca de electrónica de consumo Hoco Flow de Aerofugia, "el dron puede desplegarse mientras el coche está en movimiento, para grabar la secuencia de conducción perfecta", aseguran desde Polestar.
El cabrio dispone de un perfil aerodinámico que se eleva detrás de los asientos traseros para crear una zona de presión negativa, libre de turbulencias, que permite al dron despegar cuando el coche está en movimiento.
El dron funciona de forma autónoma, siguiendo automáticamente al coche a velocidades de hasta 90 km/h. Después de filmar, el dron puede volver al coche de forma autónoma. Los clips de vídeo se pueden editar y compartir directamente desde la pantalla central de 15 pulgadas cuando el coche está aparcado, matizan desde la marca.
Polestar O2, un cabrio eléctrico con rasgos de deportivo de motor central
Dicho esto, estéticamente, sigue las líneas del concept Precept, pero haciendo suyos todos los clásicos efectos de estilo de los deportivos, así como de algunos modelos emblemáticos. La distancia entre ejes es corta y los voladizos más bien cortos. A diferencia de un clásico roadster, con el habitáculo casi sobre las ruedas traseras, en el Polestar O2 está en el centro, como si fuese un coche de motor central trasero.
Las enormes ruedas llenan unos pasos de ruedas con aletas ensanchadas, que le dan un aire decididamente muscular. Con el techo puesto, se pueden ver en el recorte de las lunas laterales traseras algún rasgo de Nissan Z, pero es sobre todo una vez que el techo ha sido retirado que la zona detrás de los asientos toma un cierto aire de Porsche 911 Speedster bajo ciertos ángulos.
En todo caso, es una propuesta que entusiasma, una bocanada de aire fresco en medio de tanto SUV eléctrico. Sí, no deja de ser un concept car, pero al menos abre la puerta a coches pasionales y prestacionales con un diseño que acompaña. Que el Porsche Taycan y el Audi e-tron GT son magníficos, pero no dejan de ser modelos de cinco puertas.
Polestar aún no ha dado a conocer todos los detalles técnicos del O2, pero el coche utilizará el tren motriz de altas prestaciones que apareció en el Precept y que entrará en producción en el 5.
De hecho, lo único que se sabe es que utiliza una versión adaptada de la arquitectura de aluminio que ha sido desarrollada por Polestar para su próxima berlina deportiva, la Polestar 5. Un modelo que, según ha dicho la firma, ofrece "los niveles de rigidez de la carrocería de un superdeportivo".
El uso extensivo de materiales reciclados
El O2 también se ha creado centrándose en la sostenibilidad en términos de diseño y materiales, especialmente con lo que en Polestar llaman un monomaterial. Este material termoplástico es el único utilizado como base para varios componentes.
Otro ejemplo: el poliéster reciclado es el único material utilizado para todos los componentes blandos del interior: espuma, adhesivo, fibras de punto 3D y laminado no tejido. Aunque sea el mismo material, las texturas y la función que cumplen cada uno es diferente. La idea es simplificar el posterior reciclaje y supone un paso importante hacia una mayor circularidad, al tiempo que reduce el peso y los residuos.
En cuanto al nombre, según Thomas Ingenlath, tiene varias referencias, por una parte es el compuesto químico de la forma común del oxígeno (O₂) y por otra parte se refiere al compuesto de dióxido de carbono (CO₂) que un coche eléctrico no emite. El O₂ Concept "elimina el C del CO₂ y se queda con el aire puro", explica el CEO. Vamos, que es una referencia a su condición de cabrio eléctrico con el cual se puede disfrutar del aire libre, sin emisiones.
El O2 es de momento sólo un concept car, una propuesta estética y técnica. Pero al utilizar la plataforma del futuro Polestar 5, podría ser también una realidad. Todo dependerá de si le salen los números a Polestar y si necesita un coche halo.
Al fin y al cabo, la marca es joven, nació a partir del Polestar 1, un híbrido enchufable que debía ser un Volvo y siguió con el Polestar 2, un modelo que todavía conserva mucho ADN Volvo. Quizá, un modelo espectacular como el que lanzó a la fama la marca, sería necesario. Y este Polestar O2 sería una excelente propuesta para ello.
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