La magia del naming, o por qué el primer coche eléctrico de Rolls-Royce es una reencarnación

El nuevo Rolls-Royce Spectre marcará un antes y un después para la firma británica porque será su primer modelo completamente eléctrico. Después de años de desarrollo, su presentación es inminente, pero antes de darlo a conocer, Rolls ha explicado la razón por la que ha escogido el nombre Spectre.

El último modelo completamente nuevo de la marca de Derby estrenó la denominación Cullinan, pero el Spectre ha optado por recuperar un nombre histórico del pasado, como el resto de la gama actual de Rolls, formada por el Phantom, el Ghost, el Dawn y el Wraith.

La importancia del nombre

Muchos fabricantes, especialmente los chinos, no se están perdiendo demasiado tiempo con el nombre de sus coches. Normalmente, con algunas letras y números basta (NIO ES8, MG 4, BAIC EU5, Xpeng P5, etc.), pero Rolls-Royce sigue pensando que el nombre de sus vehículos es importante.

Según explica la compañía inglesa, a principios del siglo XX, cuando vendieron los primeros coches, el caballo todavía era un medio de transporte muy importante y cada animal tenía un nombre propio. Esa tradición se llevó a los primeros Rolls-Royce y, de forma natural, entre 1905 y 1913 los clientes de la marca escogieron un nombre propio para cada coche junto al director comercial de la marca, Claude Johnson.

Así nacieron denominaciones míticas, como The Silver Ghost, que se utilizó para dar nombre a un Rolls presentado en el Salón del Automóvil de Londres de 1907. Tanto llamó la atención este modelo con pintura plateada y su nombre que todos los Rolls-Royce 40/50 HP pasaron a llamarse Silver Ghost. De esta forma, se dejó de dar un nombre a cada unidad porque ya salían de fábrica con nombre propio.

Prototipo Rolls-Royce The Silver Spectre de 1910

En 1925, Rolls-Royce New Phantom continuó con esta tradición que ha llegado hasta nuestros días. Aunque los de Derby nunca han dejado de utilizar nombres únicos para sus prototipos, como sucedió con The Silver Spectre en 1910, un modelo experimental con el que Rolls utilizó por primera vez la denominación Spectre.

Hubo que esperar más de 20 años para volver a ver un Rolls-Royce llamado Spectre. Fue entre 1934 y 1937, con los prototipos Rolls-Royce Spectre, diez unidades que sirvieron para desarrollar el Phantom III que se puso a la venta en 1936.

El objetivo era replicar el éxito del Silver Ghost de 1907, conocido popularmente como “el mejor automóvil del mundo” y las pruebas con los diez prototipos Spectre fueron clave para conseguir un coche a su altura, pero mucho más avanzado técnicamente y con el primer motor V12 de la historia de Rolls, un tipo de mecánica que ahora forma parte del ADN de la firma porque la utilizan todos sus coches.

Prototipos del Rolls-Royce Phantom III, llamados Spectre

Ahora, la firma inglesa se prepara para dar otro paso clave, como el que dio en 1936 adoptando estrenando el motor V12 con el Phantom III, pero esta vez electrificándose por completo.

Como se trata de un punto de inflexión en sus 118 años de historia, Rolls ha escogido la denominación Spectre para este nuevo modelo de cero emisiones, un nombre que ya marcó un antes y un después para la marca hace más de 80 años.

Torsten Müller-Ötvös, Director Ejecutivo de Rolls-Royce Motor Cars, señala: “Existe una agradable simetría entre los Spectre del pasado y la encarnación actual. En nuestra historia, Spectre es un nombre sinónimo de innovación y desarrollo técnico, de automóviles Rolls-Royce que van a cambiar el mundo. Aunque separados por casi un siglo, tanto los Spectre de la década de 1930 como los nuestros son los campos de prueba para la tecnología de propulsión que dará forma a nuestros productos y las experiencias de los clientes en las próximas décadas”.

Nuevo Rolls-Royce Spectre eléctrico con vinilo de camuflaje

“La llegada de nuestro primer automóvil eléctrico a batería marca el comienzo de una nueva y audaz era para Rolls-Royce. También es la culminación de un proceso largo y minucioso, en el que cada elemento en la creación de este automóvil emblemático se ha considerado hasta el más mínimo detalle, a lo largo de numerosas iteraciones. Pero un aspecto de este emblemático automóvil siempre ha sido seguro: desde el principio, teníamos claro que llevaría el nombre de Spectre, el primer Rolls-Royce de producción en serie en hacerlo”, añade Müller-Ötvös.

Con el nuevo Spectre, Rolls-Royce también continúa con la tradición de utilizar denominaciones con cierto carácter esotérico, una tradición que solo la ha roto el Cullinan, que fue llamado así por el diamante en bruto con calidad de gema más grande que se ha descubierto.

A los fans de James Bond también les recordará a una de las últimas películas del agente británico, pero lo cierto es que 007 suele ser fiel a otra marca británica, Aston Martin, aunque estaría bien verlo al volante del nuevo Spectre.

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