Por si la cadena de suministro de las baterías no estuviera ya lo suficientemente estresada y las materias primas para fabricarlas cada vez más difíciles de encontrar, van un tren y descarrilla. En concreto, un tren cargado de Porsche Taycan, que monta unas de las mecánicas eléctricas más avanzadas que hay.
InsideEvs ha dado con una empresa de repuestos que vende módulos de batería procedentes de ese tren mal parado y que acabó con 60 Taycan para el desguace.
El corazón del Taycan, despedazado y a la venta
Según detalla el sitio Jag35, donde venden el corazón del primer deportivo eléctrico de Porsche, el descarrilamiento de un tren provocó que 60 Taycan sufrieran "daños irreparables". Se recuperaron muchas piezas, detalla, incluidos estos módulos de batería de 22 voltios y 2,8 kWh que constan de 12 celdas LG Chem por módulo.
Estos módulos tienen una placa secundaria BMS incorporada que registra voltajes y sensores de temperatura para los 6 grupos de celdas, pero no está completo pues requiere comunicación desde la unidad BMS principal a través de un controlador que el comprador tendrá que agenciarse por su cuenta. Cada módulo se vende a 189 euros, y teniendo en cuenta que el Taycan consta de 33 módulos, el comprador tendrá que tener paciencia y ganas de desembolsar unos 6.500 euros. La parte negativa es que solo se vende en EEUU.
Recordemos que el Taycan es el primer vehículo de serie que ofrece una tensión de 800 voltios en lugar de los 400 voltios habituales de los automóviles eléctricos. En la batería Performance Plus de dos capas, de serie en los Taycan Turbo y Turbo S y opcional en el Taycan 4S, hay 33 módulos, formados por doce elementos individuales cada uno (en total, 396), con una capacidad total de 93,4 kWh. En las celdas, conocidas como de 'bolsa', el conjunto de electrodos no está contenido en una carcasa rígida, sino en una película flexible de material compuesto. Esto permite aprovechar al máximo la estructura rectangular de la batería y reducir el peso.
Cada uno de los módulos tiene una centralita electrónica interna para supervisar la tensión y la temperatura, y está conectado a los demás a través de barras conductoras. Una obra de ingeniería al alcance de casi cualquiera por una fatalidad.