Arabia Saudí quiere comprar 100.000 coches eléctricos a Lucid Motors para alejarse del petróleo, su principal activo

El Gobierno de Arabia Saudí se ha comprometido con Lucid Motors en comprar hasta 100.000 berlinas eléctricas Lucid Air durante un periodo de 10 años.

Este acuerdo forma parte del plan saudí de diversificar su economía y desvincular su PIB del petróleo y mostrar un Islam más moderado; una hoja de ruta que se presentó hace cuatro años y que incluyó permitir a las mujeres conducir tras décadas de prohibiciones.

El acuerdo incluye una compra mínima de 50.000 unidades, hasta las 100.000 de aquí a 2032, así como modelos futuros que salgan tanto de la fábrica de Lucid Motors en Arizona, EEUU, como la que quieren levantar en Arabia Saudita.

Esta monarquía absolutista se ha convertido en el mayor accionista de la compañía, que ha visto en sus coches eléctricos de lujo un filón para impulsar su plan enfocado en la sostenibilidad: Iniciativa Saudí Verde y la Iniciativa Oriente Medio Verde.

El Fondo de Inversión Pública proporcionaría gran parte del dinero necesario para levantar la planta.

Se espera que el pedido oscile entre 1.000 y 2.000 vehículos al año y aumente a entre 4.000 y 7.000 vehículos al año a partir de 2025. Para ello la entrega de vehículos debe comenzar a más tardar en el segundo trimestre de 2023.

El plan Vision 2030 incluye diversificar la economía saudí y alejarse del petróleo, bajar la tasa de desempleo gracias a la entrada de las mujeres en el entorno laboral o, según ha dicho el propio país en un comunicado "convertir al Reino en un importante centro para la industria regional y mundial para la próxima generación de vehículos eléctricos".

Entre los planes se incluye la fabricación de coches eléctricos, programas para el desarrollo de combustibles avanzados de bajas emisiones, y la experimentación y desarrollo de vehículos equipados con pila de combustible de hidrógeno.

Un Reino aún muy vinculado al petróleo

Lo cierto es que el porcentaje de las rentas obtenidas del petróleo por Arabia Saudí ha ido disminuyendo desde 2008, cuando más de la mitad de su PIB provenía de la venta de crudo (Arabia Saudí es el mayor productor de la OPEP +).

De ese 55 % pasó a un 17,7 % en 2020, según datos de The World Bank. Sin embargo, los beneficios de Saudi Aramco no han hecho sino aumentar, pasando de 204.000 millones de dólares en 2020 -uno de los peores años para la industria petrolera- a los 360.000 millones de dólares en 2021 tras el aumento de la demanda y de precios.

Porcentaje del PIB vinculado al petróleo. Gráfico: The World Bank.

De hecho, se espera que Arabia Saudita, la economía más grande del mundo árabe, será el "mayor beneficiario" de los precios más altos de las materias primas, según los analistas. Se espera que el Reino reciba más de 400.000  millones de su industria fundamental en 2022.

Y en un escenario de guerra como el actual, los planes dedicados a dejar de lado el consumo de combustibles fósiles se están dando de bruces contra las políticas de aumento de producción de crudo.

Los productores de la OPEP+, encabezados por Arabia Saudita y Rusia,  están aumentando gradualmente la producción a medida que eliminan los recortes de 9,7 millones de barriles por día implementados entre mayo de 2020 y julio del año pasado.

El grupo está agregando 400.000 barriles al día al mercado cada mes, que aumentará a 432.000 en mayo.

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