En las afueras de Bilbao, concretamente en los alrededores de una preciosa torre medieval reconstruida en la localidad de Galdames, está una de las mayores colecciones del mundo de Rolls-Royce y oros coches clásicos. Torre Loizaga, que así es como se llama ese lugar mágico, cuenta con todos los modelos de Rolls-Royce fabricados entre los años 1910 y 1998. Obra del empresario vasco Miguel de la Vía, la calidad de las piezas que alberga es descomunal. La hemos visitado y te animamos a recorrerla con nosotros antes de que lo hagas por ti mismo.
Esta historia comienza en el concesionario BMW Lurauto Bizkaia, situado a las afueras de Bilbao, donde Luis Miguel García, su propietario actual, nos ha citado para que le acompañemos en una jornada muy especial. Quería que llevásemos parte de sus coches y algunas novedades de BMW a High Motors Bilbao, el evento de coches de alta gama más importante del norte del país.
Lurauto, un ejemplo de motor en el País Vasco
Antes de irnos a Torre Loizaga, nos contó un poco más sobre Lurauto, un nombre que se hace oír en muchos ámbitos de la sociedad vasco-navarra por su buen hacer en los últimos años en la industria del automóvil.
Luis Miguel García es hijo de un chapista de Granada, y trabajó toda su vida en el negocio familiar hasta que en diciembre de 2012 decidió irse muy al norte, concretamente a la localidad de Oiartzun, para coger las riendas de una concesión BMW y MINI que estaba quebrada y en tal estado que incluso le habían cancelado el contrato de distribución de la marca.
Rápidamente consiguió devolver el pulso a esa concesión, y comenzó a hacer crecer al ya grupo Lurauto, abriendo también un punto de venta en San Sebastián. Tal fue su progresión que en 2015 recibió el premio al Mejor Concesionario BMW de España y en 2017 abrió un tercer punto de servicio en Elgoibar.
También durante el primer trimestre de 2017 compraron el antiguo concesionario BMW y MINI en Navarra, creando Lurauto Navarra, que creció un 21,3% desde la llegada de los nuevos propietarios. Su siguiente paso en la conquista del País Vasco lo ha dado con la creación de Lurauto Bizkaia, tras la unión de los servicios oficiales BMW Bikar Motor y Armotor.
Las cifras de Lurauto hablan por sí solas y lo hacen con un impresionante conocimiento de mercado en marcado acento granadino, el cual inevitablemente sorprende cuando estamos en las calles de Guetxo. En 2013 en el grupo trabajaban 37 personas y facturaban 13 millones de euros. En 2015 el número de empleados había pasado a 54 y el ritmo de facturación ya se duplicó alcanzando los 26 millones de euros. En 2017 Lurauto superó los 100 empleados y la facturación alcanzó los 52 millones de euros.
Un crecimiento espectacular que se consolidará este año 2018 donde van a alcanzar los 1.200 vehículos nuevos vendidos durante el ejercicio, a los que hay que añadir 900 más de ocasión, con más de 160 empleados y una facturación cercana a los 70 millones de euros. Sin duda un ejemplo de que el sector de la automoción y las concesiones bien gestionadas, son fuente de riqueza para su ámbito de actuación.
Camino de Galdames
Tras conocer cómo trabaja Lurauto Bizkaia en sus espectaculares instalaciones de 10.000 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas, y tras la sorpresa de poder ver en persona solo unos días antes del Salón de París el nuevo BMW X5, tocaba ponerse a los mandos de algunos coches de su flota para ir a Torre Loizaga, donde está la descomunal colección de Rolls-Royce creada por Miguel de la Vía.
El recorrido, de apenas 45 kilómetros, lo hicimos al volante de un precioso BMW 640d Gran Coupé, un coche perfecto para surcar con clase y elegancia las carreteras nacionales y comarcales que nos llevarían a nuestro destino. Poco a poco, el ancho de las carreteras por las que circulábamos iba menguando, hasta que de repente el navegador nos indicó que debíamos desviarnos a la derecha.
Un camino muy cerrado nos llevó hasta un puente muy estrecho que cruzaba un pequeño riachuelo, tan estrecho que a duras penas cabía el Serie 6 Gran Coupé. Tras dudar sobre si estaríamos o no en el camino correcto, seguimos ascendiendo por ese camino estrecho hasta que, por fin, cuando parecía que no íbamos a llegar a ningún sitio poblado, nos encontramos con una indicación que marcaba el camino hacia Torre Loizaga a la izquierda.
Y allí estábamos, en lo alto de una montaña bastante recóndita y perdida donde nadie podría imaginar que se esconde la que está considerada mejor colección de coches Rolls-Royce de Europa y una de las mejores del mundo. Un sitio al que todo aficionado a los coches, debería acudir al menos una vez en la vida.
Su creador, Miguel de la Vía
Antes de adentrarnos en lo que alberga Torre Loizaga, merece al pena hacer una mención al creador de tan faraónico lugar y tan fastuosa colección de Rolls-Royce. Miguel de la Vía fue el artífice de todo esto que hoy podemos contemplar.
Este empresario dedicó su vida a la cantería, siendo propietario de una de las canteras más grandes de España, la de Santullán, en Castro. Tal vez conociendo a qué se dedicaba profesionalmente podamos entender cómo partiendo de una torre medieval del Siglo XIV, consiguió crear en unos años una construcción tan grande y espectacular como Torre Loizaga.
Inicialmente sólo estaba la torre medieval en estado de abandono total, pero fue a mediados de los años 80 cuando comenzó la construcción de lo que hoy se levanta como un castillo fortificado, con sus anchos muros, pasadizos y hasta un puente levadizo que da acceso al interior.
Miguel de la Vía no era amigo de los flashes ni de la prensa, de ahí que no haya apenas imágenes suyas en vida, ni en Torre Loizaga ni en Bilbao, a pesar de ser uno de los empresarios con mayor riqueza del País Vasco. Obsesionado por los coches desde que era niño, se propuso crear una colección de coches clásicos e históricos, y guardarlos en su querida Torre Loizaga.
En septiembre de 2009 a los 77 años de edad, Miguel de la Vía falleció dejando, eso sí, su sueño cumplido. Hoy, gracias al empeño, pasión y sacrificio de este hombre por los coches, podemos contemplar en nuestro país una de las colecciones de coches clásicos más espectaculares del mundo.
Tanto es así que este año el Museo Torre Loizaga opta junto con el Petersen Museum de Los Ángeles, el Cité de l'automobile, el Museo Nicolis o el Riga Motoring Museum al premio a Museo del Año en los Historic Motoring Awards que se fallan en Londres el próximo 25 de octubre y que organiza la prestigiosa revista Octane.
¿Qué hay en Torre Loizaga?
La colección de coches que alberga Torre Loizaga se reparte en seis pabellones y cuenta con unas 75 piezas, de las cuales 45 son Rolls-Royce. El primero de los pabellones está, situado justo a la entrada del recinto, y reúne algunos coches de comienzos de siglo y también alguna carroza previa a la existencia de vehículos a motor. Curioso ver un Isotta Frascini, un coche italiano que le hacía competencia a los Rolls-Royce de comienzos del Siglo XX.
También un Ford T, un Renault AX, varios Cadillac, un Hispano Suiza K-6 carrozado y algunas joyas más sirven como primer plato de este menú que, como manda la tradición en el País Vasco, no deja a nadie con hambre.
El segundo pabellón es bastante curioso desde el punto de vista personal. En él se reúnen los coches que Miguel de la Vía ha tenido y utilizado a lo largo de su vida. Allí joyas como un Mercedes 190 SL, un BMW 635 CSI, un Lancia Aprilia o un Porsche 911 conviven con un camión de bomberos original de Londres de 1939.
En el tercer pabellón comienzan a aparecer los Rolls-Royce. Un Silver Spirit, un Silver Wright, un Camargue que estaba en el taller, el Corniche eclipsan en cierta medida a los coches que cierran la parte final de ese pabellón, y eso que hablamos de joyas de la talla de un Jaguar E-Type, un Lamborghini Countach o un Ferrari Testarossa.
Pasamos al cuarto pabellón y a medida que avanzamos, retrocedemos en el tiempo ya que la colección está ordenada en orden inverso al que estamos haciendo en la visita. Es espectacular ver tantos coches de 1937, 1939, y conocer detalles como que fue en esa época cuando Rolls-Royce comenzó a fabricar sus coches pensando en que fuesen conducidos en lugar de llevados por chófer.
Tienen todos los Silver Clowd de la historia, muchos de ellos con matrícula nacional y otros con matrícula británica. Y es que en ese pabellón, había incluso dos unidades que pertenecían a la reina de Inglaterra, los cuales en la parte superior contaban con una luz azul que solo se activaba para indicar que estaba en labor de servicio.
El quinto pabellón reúne algo único de ver. Es una de las dos únicas salas en todo el mundo donde se pueden ver todos los Rolls-Royce Phantom, desde el I al VI. El primero que vemos pertenecía anteriormente a Sam Spiegel, productor de cine estadounidense de origen polaco que conoceréis por títulos como El puente sobre el río Kwai (1957) y Lawrence de Arabia (1962).
El sobrino de Miguel de la Vía, que nos iba guiando en la visita, nos mostró curiosidades de algunos coches. Por ejemplo, en el Rolls-Royce Phantom V, en las puertas posteriores se esconde en un lado el mueble bar con las botellas de ginebra, mientras en la puerta del lado opuesto están los vasos.
Del Rolls-Royce Phantom IV nos dice que es una de las piezas más exclusivas, ya que solo se hicieron 17 unidades para jefes de estado y realeza británica. Lo curioso es que al lado del Phantom IV que reside en la colección, hay un listado con los nombres de los 17 dueños de esos coches, y entre ellos encontramos al Shah de Persia, Su Alteza Real la Princesa Elisabeth, El Duque de Gloucester, los Dukes de Kent o Francisco Franco, que se hizo con tres unidades en el año 1952.
El que tienen en la colección pertenecía al Rey de Kuwait y por eso tiene protección especial para que la arena no entre ni en el interior ni en la mecánica. Uno de los coches de Francisco Franco, fue el que utilizó el Rey Felipe VI para acudir a su coronación.
Un Rolls-Royce Phantom III idéntico al que aparece en la película Goldfinger de James Bond, da paso a una serie de Phantom II y Phantom I que incluye algunas versiones norteamericanas, que se diferencian por llevar paragolpes delanteros y por estar fabricados en Estados Unidos en una fábrica que la casa tuvo en Springfield, Massachusetts.
Ese pabellón termina con un coche que pertenecía a un Maharahá que lo encargó con focos bañados en oro, la bocina con forma de boa, lunas posteriores tintadas a pesar de ser de 1925 y el volante fabricado en marfil. Una excentricidad sencillamente extraordinaria.
El sexto y último pabellón esconde algunas de las joyas más preciadas de la colección, de ahí que se albergue en los bajos de la edificación, mientras los anteriores estaban en zonas externas. El primer coche que encontramos es del año 1898 y su anterior propietario era Sir Stirling Moss. A su lado, seis unidades de Rolls-Royce Silver Ghost muy exclusivas.
Todas llamaban la atención por su peculiar diseño, pero lo hizo especialmente la primera unidad, la cual ganó el 29º Concurso de Elegancia en Pebble Beach en el año 1997 y que hoy descansa en impecable estado de conservación en Torre Loizaga. En serio lo digo, todo aficionado al mundo del automóvil debería ir al menos una vez en la vida allí.
High Motors Bilbao y el BMW Serie 8 Coupé en sociedad
Como contamos al comienzo, estuvimos en Torre Loizaga porque allí se celebraba High Motors Bilbao y Autobello Bilbao. Los amigos de Lurauto Bizkaia llevaron muchos coches a dicho concurso, entre ellos piezas tan poco comunes como el BMW i8 Roadster o sus BMW M240i Racing Cup con los que participan en el Campeonato de España de Resistencia.
Pero la sorpresa de la jornada fue un coche que habíamos conocido en persona hacía unos meses, el nuevo BMW Serie 8 Coupé en su versión más alta de gama M850i. Fue la primera vez que se presentó el nuevo coche en sociedad, la primera vez que se pudo ver al aire libre en España.
Elgante y deportivo a partes iguales, el BMW Serie 8 Coupé ganó la Copa de Oro al Mejor Diseño en Autobello Bilbao 2018, y como pudimos comprobar en persona, despertó el interés de varios propietarios del modelo al que sustituye, el Serie 6 Coupé, que no dudaron en mostrar su interés en hacerse con uno.
¿Cómo puedo visitar Torre Loizaga? ¿Cuánto cuesta la entrada?
La pregunta es obligada, y la respuesta es clara. Torre Loizaga abre todos los domingos y festivos nacionales en horario de 10 AM a 15 PM. Los precios por visitar la mejor colección de Rolls-Royce de Europa y una de las mejores colecciones clásicos del mundo es de 7€ para adultos, 4€ para jubilados y niños de 12 a 18 años. Los niños menores de 12 años entran gratis.
Cuentan con audioguías en varios idiomas, y en caso de ir en grupo, se puede concertar una visita privada. Sea como fuere, es necesario confirmar la reserva para visitar a través del email info@torreloizaga.com.
Sin duda, contar con una instalación así en nuestro país es un auténtico privilegio, y debemos agradecer el empeño que su creador, Miguel de la Vía puso para conseguirlo. No hace falta irse a Inglaterra o California para ver los mejores coches del mundo. A solo unos kilómetros de Bilbao podemos trasladarnos a la grandiosidad de una marca con tanta historia y tradición como Rolls-Royce, y terminar la visita disfrutando de las bondades culinarias del País Vasco. No es mal plan.