A la mayoría de la gente, cualquier Rolls-Royce nos parece el colmo de la exclusividad, pero a cierta parte de la población, un Rolls-Royce “convencional” es demasiado mundano. Por eso existe el departamento Rolls-Royce Coachbuild de la marca británica, una división que se encarga de hacer Rolls-Royce a medida todavía más exclusivos.
Su último trabajo es el Rolls-Royce Arcadia Droptail, un one-off (solo existe este ejemplar) con carrocería descapotable que recuerda a los yates de lujo y también tiene una cubierta de madera. De hecho, dar forma de manera artesanal a esa madera ha necesitado 8.000 horas de trabajo.
No hay ningún coche nuevo más exclusivo que este Rolls-Royce
En el día a día de casi cualquier ciudad, encontrarse con un Rolls-Royce es prácticamente imposible. En cambio, en lugares como Mónaco, Miami, Beverly Hills o Singapur, no es tan complicado. Es más, se ven Rolls-Royce a patadas.
Y eso no gusta a ciertos clientes de la marca que echan en falta un extra de exclusividad para diferenciarse del resto de propietarios de Rolls-Royce. Por suerte, pueden recurrir a Rolls-Royce Coachbuild para garantizarse la máxima exclusividad.
Es lo que ha hecho un cliente de la marca que vive en Singapur. Allí es donde Rolls-Royce ha organizado una ceremonia privada para presentar a su nuevo dueño el Rolls-Royce Arcadia Droptail, un modelo que recibe este nombre en referencia al lugar denominado así en la mitología griega que representaba “el cielo en la Tierra”.
Por supuesto, un Rolls-Royce como este no cuesta 400.000 euros como uno cualquiera. Se desconoce su precio, pero podría ser el coche nuevo más caro de la historia porque se habla de una factura de más unos 30 millones de euros.
Es el cuarto coche de una colección de la que ya forman parte modelos como el Rolls-Royce La Rose Noire Droptail que se presentó el pasado verano en la Monterey Car Week.
A cambio, la gente de Rolls-Royce ha echado más de 8.000 horas para dar forma a las piezas de madera del Arcadia, tanto a las que dan forma a parte del interior, como a la cubierta trasera donde se esconde el techo duro plegable. La marca inglesa ha utilizado 233 piezas, de las cuales 76 se aplicaron solo en la plataforma trasera, que recuerda a la de un yate.
La madera utilizada es Santos Straight Grain, a petición del dueño porque tiene uno de los tipos de veta más finos que existen. El problema es que se agrieta fácilmente cuando se trabaja con ella, por eso han hecho falta tantas horas para tratarla.
Para que se mantenga en perfecto estado, se ha protegido con una laca a medida que requiere una sola aplicación durante toda la vida útil del coche.
La pintura de la carrocería también es especial, así como los cromados. Y, por supuesto, todos los materiales empleados en el interior. También lo es el reloj a medida que decora el salpicadero. Solo para su montaje se necesitaron cinco meses, aunque el desarrollo previó llevó más de dos años.