Posiblemente, el Toyota 2000GT sea uno de los modelos más icónicos nacidos en Japón: un automóvil que quiso demostrar que en el país del sol naciente podía desarrollar deportivos tan competentes y pasionales como los europeos. Y ahora uno de ellos busca propietario: RM Sotheby's lo subastará en octubre enmarcado en la espectacular Elkhart Collection.
Se trata de uno de los 62 Toyota 2000GT con el volante a la izquierda comercializados en EE.UU de los 351 totales que salieron de las dependencias de Toyota entre 1967 y 1970. Las unidades de este deportivo gran turismo, padre del Supra, no abundan precisamente, por lo que es de esperar que el mazo baje a un precio cuanto menos elevado: no en vano, otro 2000GT subastado alcanzó la mágica cifra de 1,2 millones de dólares.
RM Sotheby's lo ofrece sin reservas y forma parte de la Elkhart Collection integrada por 250 joyas sobre ruedas entre las que destacan, por ejemplo, un Jaguar XJ220 con únicamente 6.800 km y puesto a punto por Jaguar Heritage.
¿Sólo 25 kilómetros recorridos?
Este Toyota 2000GT, que data de 1967, fue uno de los tres adquiridos por el reconocido piloto estadounidense Otto Linton, fallecido a los 100 años de edad en 2018, y en su posesión estuvo durante nada menos que 30 años. En 1998 lo vendió a Rich Jacobsen y formó parte de su colección durante seis años, para acabar en 2006 en las dependencias de la firma Maine Laine Exotics.
Esta compañía lo sometió a una profunda restauración para hacerlo participar en 2007 en las Rolex Monterey Historic Automobile Races y para celebrar los 50 años de Toyota. Y antes de recabar en la colección Elkhart también paso por las manos un cuarto propietario.
Pintado en rojo Solar Red, este 2000GT, como el resto de sus hermanos, equipa un propulsor atmosférico de 2.0 litros y 150 CV que, acompañado a 1.089 kilos de peso, repartidos casi 50:50, le permiten alcanzar los 217 km/h.
Según puede leerse en la ficha de RM Sotheby's, está en un estado 'correcto' tanto a nivel de mecánica, como de carrocería como de habitáculo, pero en las fotos parece que está realmente impecable.
En su odómetro puede leerse que solo ha recorrido 15 millas (unos 24 kilómetros) una cifra excepcionalmente baja para su edad y teniendo en cuenta las manos por las que ha pasado. Para curarse en salud, la casa de subastas se limita a indicar que es lo que registraba el cuentakilómetros "en el momento de ser catalogado". Sea como fuere, seguramente no le falten aspirantes para guardarlo en su garaje.
Fotos: Darin Schnabel, cortesía de RM Sotheby’s.
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