"Es más lucrativo que vender coches nuevos". Los clásicos de los 90 se están vendiendo como churros en EEUU: hace un lustro se importaban menos de 300 al año, hoy casi 20.000

En Estados Unidos no es fácil (ni barato) importar un coche que no se haya vendido en el su mercado local, por lo que traer clásicos extranjeros es complicado. Pero la cosa cambia cuando el coche cumple 25 años.

Uno de los modelos que ha llegado al cuarto de siglo este año es el Nissan Skyline GT-R R34, así que sus ventas se han disparado en Estados Unidos, pero no es el único coche que causa sensación en ese país, de hecho, importar clásicos extranjeros en ese mercado es cada vez más lucrativo.

Desde un kei car japonés hasta un Renault Twingo español

En los años 70 y 80, los coches de lujo europeos se pusieron de moda en Estados Unidos. Como comprar un Mercedes-Benz o un Porsche en un concesionario oficial en el país de las barras y las estrellas era muy caro, pero alguien descubrió que había una forma más barata de hacerse con estos coches: comprarlos en Europa, importarlos a Estados Unidos y adaptarlos a la normativa de seguridad estadounidense, normalmente, cambiando los paragolpes, los faros y poco más.

Enseguida, los fabricantes alemanes se dieron cuenta de que estaban perdiendo dinero, así que presionaron al gobierno estadounidense para que tomara cartas en el asunto. Así nació la normativa que impide importar coches en Estados Unidos si tienen menos de 25 años; un año antes de su entrada en vigor, en 1988, se importaron alrededor de 60.000 coches en Estados Unidos.

Esta normativa dice “La Ley de Aire Limpio prohíbe la importación a los Estados Unidos de cualquier vehículo motorizado de menos de 25 años que no cumpla con las normas y requisitos de emisiones de la EPA de los Estados Unidos”. Eso significa que los coches con menos de 25 años que no se hayan vendido en el mercado estadounidense no se pueden matricular allí.

La excepción son todos los vehículos que tengan más de 25 años (cuenta la fecha de fabricación de cada unidad, no el año de lanzamiento del modelo), y hay quien encuentra en esta excepción una fuente de hacer dinero. Sobre todo ahora.

Tiene una sencilla explicación: en Estados Unidos hay muchos aficionados a los coches japoneses que se vendieron exclusivamente en su mercado local, denominados JDM (Japanese Domestic Market), especialmente a los que se fabricaron a finales de los años 90 y a principios de los 2000.

Hasta ahora no se podían importar esos coches en Estados Unidos, pero ahora se cumplen 25 años de la fabricación de muchos de ellos, por lo que por fin pueden entrar legalmente en Estados Unidos. Y vaya si lo están haciendo.

Uno de ellos es el Nissan Skyline GT-R R34. Es uno de los coches JDM más venerados, y las primeras películas de la saga Fast and Furious tienen mucho que ver (también el videojuego Need for Speed).

Este año, las primeras unidades que se fabricaron han cumplido 25 años y en Estados Unidos están locos por comprarlo, así que el precio de este coche ha subido como la espuma en el mercado de segunda mano, mientras muchas empresas se están forrando con su importación.

Y el Nissan Skyline GT-R R34 no es el único. "Los años 90 fueron una gran década para los coches deportivos japoneses y la ingeniería japonesa. Hay muchos coches fantásticos que en los últimos cinco años cumplieron 25 años y son elegibles para importar, y eso es parte de lo que impulsa que este mercado esté en alza", ha dicho a Automotive News Brian Rabold, uno de los responsables de Hagerty, una compañía de seguros de coches clásicos de Michigan, Estados Unidos.

Tanto es así que el mercado de coches JDM es uno de los que más rápido está creciendo en el mercado de ocasión de los coches especiales. Cada vez hay más concesionarios en California, Nueva York y otras ciudades estadounidenses que se dedican a importarlos y venderlos. También hay muchos compradores privados que lo hacen.

Según señala Hagerty, en 2010 se importaron en Estados unidos únicamente 281 coches con 25 años de antigüedad o más. La compañía de seguros estima que en 2024 se superarán las 17.350 unidades. Autonotive News asegura que estos cálculos coinciden con los de Yamagin Corp, uno de los principales exportadores de coches usados de Japón.

Peugeot

Pero la fiebre por importar coches extranjeros en Estados Unidos no afecta exclusivamente a los coches japoneses: a los americanos también les encantan los coches clásicos europeos. Los más populares entre los particulares son los Land Rover, Mini, BMW y Porsche.

Cada vez hay más empresas especializadas que los exportan a Estados Unidos, como la española Autology Motors. Y lo cierto es que es un negocio en auge, hasta el punto de que hay quien considera que es más lucrativo que vender coches nuevos.

Es el caso de Gary Duncan, que se dedicó a vender coches nuevos durante 52 años, hasta el pasado mes de julio. Ahora solo vende coches importados, desde deportivos japoneses hasta los mini camiones que tan de moda están entre los granjeros estadounidenses.

Autology Motors

Uno de los coches que más le piden sus clientes es el Nissan Figaro, un pequeño descapotable neo retro que se puso a la venta en 1991 y pudo importarse en Estados Unidos a partir de 2016. Duncan asegura a Automotive News que no ha dejado de importarlos desde ese año y que tiene 100 unidades en stock por la enorme demanda que tiene este kei car.

En total, Duncan importa unos 60 coches al mes desde Japón y pretende incrementar el ritmo: "Es más lucrativo que vender coches nuevos, no por el volumen, sino por los márgenes". También hay que tener en cuenta que, en estos momentos, el dólar está mucho más fuere que el yen, por lo que comprar coches de segunda mano en Japón y venderlos en Estados Unidos reporta muchos beneficios.

Igual que en España hay empresas que se dedican a importar coches alemanes, en Estados Unidos está creciendo el número de especialistas que traen coches extranjeros y se ocupan de todo el proceso, solo hay que pedirles un Nissan Skyline GT-R R34, un Honda Beat o un Range Rover. Ellos lo buscan y se ocupan del transporte y el papeleo para que los estadounidenses puedan disfrutar de estos modelos “exóticos” en su ciudad.

Por eso, cada vez es más fácil ver coches clásicos extranjeros en Estados Unidos, desde un kei car hasta un Renault Twingo. El problema, tanto para los europeos como para los japoneses, es que cada vez salen más clásicos de nuestras fronteras y a eso hay que sumar que esta fiebre por la importación que tienen en Estados Unidos contribuye a disparar el precio de los coches especiales que se venden de segunda mano.

Prueba a buscar cuánto cuestan los Land Rover Defender en cualquier portal que venda coches usados, están por las nubes y, en parte, tiene que ver con que muchos estén cruzando el charco.

Imagen: X (@rusty_speednut)

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