A finales de 2020, el famoso cantante de ‘Maroon 5’ y petrolhead confeso, Adam Levine, creía que hacía buen negocio cambiando dos preciosos Ferraris clásicos por lo que pensaba que era una rara avis de entre finales de la década de 1960 y principios de 1970: un Maserati Ghibli Spyder SS.
Ahora afirma que el concesionario especializado en coches clásicos de Rick Cole tergiversó la autenticidad del vehículo, y les ha demandado exigiendo una indemnización de un millón de dólares o que se deshaga el trato y se rectifique la situación.
Un clásico muy codiciado y difícil de encontrar
El Maserati Ghibli es una de esas preciosas rarezas difíciles de encontrar muy cotizadas hoy en día en todas sus versiones. Más cuando hablamos del Spyder SS de 1971 como el que creía comprar Levine: uno de los pocos descapotables que salieron de fábrica con motor de 4,9 litros.
Por su diseño y las características que le hacen único, no es de extrañar que un deportivo así sea el sueño de casi todos los amantes de los coches clásicos, aunque en realidad, solo sea alcanzable por muy pocos.
Y si, como Adam Levine, formas parte de la escasa élite con los contactos y el dinero necesario como para hacerte con el coche de tus sueños, ni siquiera la fama te podrá librar de aquellos que, con pocos o nulos escrúpulos, buscan la más mínima oportunidad para aprovecharse de tu confianza.
En concreto, la demanda de Levine a Cole alega que el Maserati Ghibli Spyder SS de 1971 valorado en 850.000 dólares, que acordó intercambiar por un Ferrari 365 GTC/4 de 1972 y un Ferrari 365 GTC de 1968 (valorados en conjunto en 950.000 dólares) y 100.000 dólares hace tres años, podría no ser auténtico.
Según afirma Cole su Maserati Ghibli supuestamente debía tener el número de bastidor AM115.492.1241, y el problema es que, al ir a venderlo recientemente, se ha comprobado que existe otro vehículo con ese mismo número de serie que lleva años en Europa.
Tras buscar la verdadera historia del ejemplar, todo parece indicar que el coche que llegó a manos del cantante en su día ya “fue retirado de una subasta en 2015 después de que surgieran series dudas sobre su autenticidad”. Sobre todo, relacionadas con la tipografía utilizada para estampar su número VIN, pues no era exacta a que usaba Maserati en 1971.
En este sentido, los abogados de Levine afirman que “alguien trató de hacer que el vehículo pareciera auténtico al reproducir o estampar una nueva placa para que la escritura se pareciera más a la original, en su intento por convencer al comprador de que el vehículo era el #1241”.
Además, aseguran que la identidad del coche está “en seria duda”. Sea o no el coche real, su valor actual se ve ya depreciado por la incertidumbre.
Asimismo, señalan que Cole (cuyo sitio web presume de que entre sus clientes se encuentran Frank Sinatra, Jay Leno o Robin Williams, entre otros) "intentó convencer a Levine para que no vendiera el coche".
Así, Levine ha demandado a Cole por falsedad, incumplimiento de contrato y ocultamiento de fraude, y solicita una orden judicial para rescindir la venta del vehículo o una indemnización por daños y perjuicios de, al menos, 850.000 dólares (poco más de 805.280 euros al cambio).