En diciembre conocimos la terrible decisión de General Motors de retirar la marca Chevrolet de Europa en 2016 tras un decenio de presencia. Las consecuencias más directas a nivel industrial son para GM Korea, de donde venían prácticamente todos esos coches. Al menos al principio, la cosa pintaba muy mal.
El futuro de GM Korea para por adaptarse a su nueva situación. Acaban de estrenar un centro i+D que ha costado 40 millones de dólares, es ahora el tercero más grande del mundo de la multinacional. La división surcoreana ganará importancia en lo que a diseño y desarrollo se refiere, que no es poco.
A nivel industrial, es otra cosa, porque Corea del Sur ya no es un país de fabricación a bajo coste (era Daewoo), véase el caso Hyundai, sus operarios cobran más y la moneda --won-- se ha revalorizado frente a otras divisas, lo que lastra las exportaciones. Es el nuevo Japón, y eso también tiene sus consecuencias.
Para hacer frente a la diferencia de volumen que supone retirarse de Europa, se van a tomar dos medidas principales. Por un lado se va a reducir la producción, los trabajadores estarán menos horas trabajando y se van a optimizar los dos turnos para evitar la fabricación nocturna y así ahorrar costes.
Por lo que leo, se hará de una forma poco lesiva con los trabajadores, minimizando los despidos, incentivando prejubilaciones y ajustándose a lo que realmente van a fabricar. En su país ya estaban algunos diciendo que GM planteaba una retirada de Corea del Sur, es el tercer fabricante en volumen.
Pero por otro lado la salida está en aprovechar el fin de la producción doméstica australiana, y mandar en barco más coches con escudo Holden para allá. De hecho, la mayoría de modelos de Holden ya salen de ahí. Otros mercados asiáticos pueden ir compensando la salida de Europa con el tiempo.
Fuente | Automotive News
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