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Las diez competiciones con las que todo aficionado debería vibrar (Parte I)

Escoger los diez eventos automovilísticos más importantes es complicado. Muchas son las carreras o eventos automovilísticos que se disputan en el planeta motor por lo que no es fácil escoger. Arena, sudor, gasolina, goma, resistencia, esfuerzo, misticismo... Pero si algo tienen en común todas ellas es la épica necesaria para saborear las mieles del triunfo.

El Dakar: la reina del desierto

Sin lugar a dudas, el París-Dakar, conocido desde hace unos años simplemente como Dakar, es la competición automovilística más dura del planeta. Dos semanas en las que máquinas y pilotos dan lo máximo de si mismos etapa tras etapa llegando en muchos casos hasta la extenuación y a veces, por desgracia, la muerte.

A pesar de nacer con carácter amateur, la dureza y fama del Dakar atrajo la atención de las grandes marcas y en los últimos años los esfuerzos de Mitsubishi, Volkswagen o BMW han vuelto a colocar al Dakar en el radar de todos los aficionados. Cada enero, el Dakar se convierte en la primera gran cita deportiva del año. Una cita tan especial que no necesita de un campeonato para tener repercusión e interés.

24 horas de Le Mans: para llegar primero, primero hay que llegar

Las 24 horas de Le Mans se rigen por una máxima bastante simple: para llegar primero, primero hay que llevar. Un nuevo ejemplo de como máquinas y pilotos son llevados hasta el límite. Se podría decir que la carrera disputada en el trazado semipermanente de La Sarthe es un sprint de 24 horas de duración en el que tan sólo ganan aquellas máquinas y equipos que son capaces de superar cualquier impedimento.

56 participantes, repartidos en cuatro clases distintas, que luchan contra sus rivales y contra ellos mismos. Pero no acaban ahí las piedras en el camino. Si algo caracteriza a las 24 horas de Le Mans es la competición en plena noche que convierte cada adelantamiento y cada doblaje en una situación de riesgo. De nada sirve correr sin sentido ya que una de las normas establece que para constar como clasificado es obligatorio cruzar la línea de meta.

500 millas de Indianápolis: la gran cita norteamericana

33 pilotos rodando a casi 400 km/h. Asi de sencillas son las 500 millas de Indianápolis disputadas en el Indianápolis Motor Speedway. La Indy500, como también es conocida, es una cita que hasta la llegada de la crisis normalmente duraba un mes. Durante los tres primeros fines de semana, los pilotos afilaban sus armas y trataban de clasificarse para finalmente jugárselo en la carrera.

Como curiosidad este circuito aún mantiene una yarda, la brickyard, de su trazado original de ladrillo la cual sirve para delimitar la línea de meta. En 2011, se celebró el centenario de la primera edición, allá por 1911, disputándose la 95ª edición de la Indy 500.

Rally de Montecarlo: cuando la nieve y el asfalto se unen

Sin lugar a dudas, el rally más famoso del mundo. Creado en 1911 por el presidente del Club Sport Velocipedique et Automobile de Monaco, Anthony Noghes (también creador del circuito de Montecarlo), el Rally de Montecarlo nació como una prueba que unía diferentes puntos de Europa con la capital del principado. En aquellas primeras edición, no ganaba el que primero llegaba cruzaba la meta, sino que se tenían en cuenta otros factores como el estado del vehículo.

Tras muchas ediciones siendo una de las estrellas del Mundial de Rallyes, la prohibición de correr de noche hizo que el rally perdiera parte de su encanto. Incluso llegando a desaparecer del calendario del Mundial de Rallyes (en 2010 y 2011). Por suerte alguien dentro de la FIA se ha dio cuenta de que los rallyes sin Montecarlo son menos rallyes y Montecarlo volvió al mundial este mismo año.

Gran Premio de Montecarlo: glamour y Fórmula 1 en las calles del principado

Creado por Anthony Noghes, el Gran Premio de Mónaco , es la única cita del Mundial de Fórmula 1 que ha estado presente en todas y cada una de las ediciones. Al monegasco se le ocurrió la fantástica idea de crear una carrera en el estrecho tobogán que conforman las calles del Principado de Mónaco.

Para los pilotos el Gran Premio de Mónaco es una cita obligada en sus carreras, pero una vez disfrutado, las estrecheces comienzan a ser incómodas. El circuito de Montecarlo además es uno de los más complicados de la temporada. No permite ni un solo error y cuando éstos se producen, significa el adiós. Ganar es una de las glorias máximas para un piloto de Fórmula 1, pero para conseguirlo primero hay que sufrir.

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