La decadencia de las transmisiones manuales, para desgracia de los muchos conductores afines a ellas, comenzó hace unos años y ha ido incrementándose con la llegada de la electrificación. Hay marcas como Toyota que se afanan por huir del estigma de coches aburridos con cambio automático a través de cajas de cambios 'de mentira', pero la realidad es que están de capa caída.
La última marca en pronunciarse ha sido BMW. La firma bávara ha sido tajante respecto al futuro de la palanca de cambio y el embrague: "Se acabó". Los clientes prefieren ahora los coches automáticos.
Según ha explicado a la cabecera italiana Quattroruote Frank Weber, miembro de la junta directiva de BMW, "no habrá versiones con cambio manual, ni siquiera para modelos especializados como los de la división M". Así que BMW avisa: "Si quieres un M manual, debes comprarlo ahora". En España el cambio manual seguramente morirá con el actual M2, al igual que la transmisión de doble embrague.
Weber alega que sus clientes viajan entre 25.000 y 30.000 km al año "y no quieren pasar los atascos cambiando de marcha". Se trata de una decisión basada en costes, ya que los vehículos equipados con cambio manual se están quedando en un mercado de nicho que, en términos de inversiones, no justifican su desarrollo.
Es el ejemplo del BMW Z4, que, paradójicamente, es un modelo muy bien recibido en EEUU en su versión manual. "Son productos divertidos, pero seamos honestos, los volúmenes son cada vez más pequeños. Por lo tanto, ya no tiene sentido desarrollarlos", ha explicado Weber.
A esto se suman, recoge la cabecera, los problemas relacionados con el funcionamiento del ADAS, que está en gran medida limitado por una transmisión que no se gestiona electrónicamente.
Ya en 2021 Volkswagen avisó de que las cajas de cambio manuales serán parte de la historia en 2030 junto con los vehículos equipados con motores de combustión. Los alemanes defendieron su estrategia alegando que este cambio, además de ser una consecuencia directa de la electrificación de la marca, está enfocado a una contención de costes y al hecho de que la transmisión automática "mejora la eficiencia y el consumo".
Pero quizá no mejora el ánimo de los que disfrutan una buena ruta.