Gracias al prototipo de BMW Serie 7 V16 apodado “Goldfisch”, teníamos constancia de que BMW barajó la idea de fabricar un BMW Serie 7 con motor de 16 cilindros a finales de los años 80. Lo que no sabíamos es que existió un segundo prototipo.
El segundo “Goldfisch” ha estado más de 30 años escondido y BMW lo acaba de mostrar al público por primera vez. Se fabricó en 1990 y tenía un diseño mucho más cercano al de un coche de producción, pero los de Múnich tampoco se atrevieron a hacerlo en serie.
Testimonio de las locuras que se atrevían a hacer los fabricantes hace no tanto tiempo
Las décadas de los 80, los 90 y los 2000 fueron una época dorada para la industria del automóvil. En ese momento, la electrificación y las emisiones eran algo muy secundario, se vendían muchos coches y las marcas tenían dinero para dar rienda suelta a su imaginación.
Como la competencia era feroz, todas trataban de ir un paso por delante de sus rivales, y así es como nació el BMW Serie 7 de 16 cilindros. Los de Múnich se empeñaron en que su berlina de representación fuese un paso más allá que el Clase S de Mercedes-Benz y a alguien se le ocurrió que podían conseguirlo metiendo a su buque insignia un motor de 16 cilindros.
En ese momento, los bloques de 12 cilindros estaban a la orden del día y eran el no va más porque combinaban altísimas prestaciones con una suavidad extrema. También consumían una barbaridad, pero daba igual en ese momento. Eran otros tiempos.
Lo cierto es que era difícil mejorar la fórmula de combinar el formato de una berlina de lujo, como el Serie 7, con un motor de 12 cilindros, pero BMW creyó que podía conseguirlo con cuatro cilindros más, así que puso en marcha el proyecto en 1987.
Partiendo de la base de un BMW 750iL con el famoso motor M70 de 12 cilindros en uve y 5.0 litros (el que acabó utilizando el McLaren F1), la compañía bávara añadió cuatro cilindros al bloque para aumentar la cilindrada basta los 6.7 litros y llevar la potencia hasta los 408 CV.
Como el sistema de refrigeración no cabía en el vano motor, se colocó en el maletero, por eso este coche se diferenciaba del resto de Serie 7 por las branquias que albergan las tomas de ventilación situadas detrás de las puertas posteriores. También tenía rejillas de ventilación bajo la tapa del maletero. El problema es que la capacidad de carga era nula y, aunque el coche se probó, nunca llegó a producción. El “Goldfisch”, que es como se apodó, no pasó de prototipo y pasó a formar parte de la historia de BMW.
Lo que no sabíamos es que existió un segundo BMW Serie 7 de la generación E32 con motor V16. BMW lo creó en el año 1990, tres años después de su primer 16 cilindros, y tampoco lo llevó a producción, así que lo guardó, hasta ahora, que acaba de salir de su escondite.
Con motivo de la celebración de la feria de clásicos Techno-Classica de Essen, Alemania, BMW ha mostrado al público por primera vez esta creación denominada BMW 750iL Goldfisch. Apenas hay información sobre este coche, pero sabemos que es otra versión del primer Serie 7 de 16 cilindros con un diseño mucho más cercano al que debería tener un coche de producción. Sin embargo, tampoco consiguió luz verde para fabricarse en serie.
Según señala BMW Classic en redes sociales, esta unidad con motor de V16 de 6.6 litros desarrollaba 350 CV a 5.000 rpm y utilizaba una transmisión automática de cinco marchas. Alcanzaba los 250 km/h y ofrecía todo el lujo que se podía permitir BMW en ese momento.
La cuenta de Instagram @alteschuepodcast ha compartido fotos de este segundo “Goldfisch” en la feria de clásicos de Essen, donde se puede ver estos días. También aporta algunos datos más, como que solo tiene 180 kilómetros en el odómetro porque apenas se probó en una ocasión, en el circuito de Nardò.
La misma cuenta asegura que este Serie 7 V12 mide 5,45 metros de largo, 1,90 metros de ancho y 1,50 metros de alto, por lo que es bastante más grande que un E32 convencional (la versión de batalla larga medía 5,03 metros de largo). Ese aumento de tamaño es lo que permitió a BMW quitar el sistema de refrigeración del maletero para colocarlo en el vano motor.
De momento, no hay más información; al menos, como BMW lo ha sacado de su escondite, hemos conocido una historia más de lo locos que fueron los años 80, 90 y 2000. Por desgracia, BMW no se atrevió a llevarlo las calles y tuvieron que pasar unos cuantos años más para que Bugatti lo hiciese, primero con el Veyron y luego con el Chiron.