60 años de Škoda Octavia: el coche que puso en el mapa al fabricante checo
Aunque el Škoda Superb es el buque insignia de la marca checa, sin duda, su modelo de mayor éxito es el Škoda Octavia, sobre todo desde su renacer en los años 90, que supuso su apertura definitiva a Europa y al resto de mercados.
En todas sus generaciones, entre el primero producido en los años 60 y el Octavia de la era moderna (tras la alianza con el Grupo Volkswagen), se han vendido nada menos que cerca de 6,5 millones de unidades en todo el mundo. Una cifra perfecta para celebrar su 60º aniversario, que se cumple precisamente ahora.
En enero de 1959 el primer Škoda Octavia salía de la planta principal de Mladá Boleslav. Según explica la marca, decidieron bautizarlo como Octavia, palabra latina que significa "octavo", ya que se convirtió en el octavo modelo al que dio salida el fabricante tras la Segunda Guerra Mundial, además de ser también el octavo Škoda que equipaba la suspensión independiente de última tecnología, que fue adoptada por el fabricante en 1933.
60 años después, y tras renacer de sus cenizas a mediados de la década de los 90, se ha convertido en sinónimo de la marca. Es decir, quien piensa en el fabricante checo piensa en un Octavia. Algo de lo que pocos modelos pueden presumir.
Así, aprovechando sus 60 inviernos, le rendimos homenaje repasando su historia: desde aquel primer Octavia nacido a finales de la década de los 50 hasta la tercera generación del Octavia moderno, que se estrenaba a finales de 2012.
Así fue el primer Škoda Octavia
El Škoda Octavia tal y como hoy lo conocemos sólo hereda el nombre de aquel modelo primigenio. El que se estrenaba en enero de 1959 era un pequeño sedán de dos puertas que venía a suceder al Škoda 440 y al Škoda 445.
Aquel octavo Škoda, de formas fluidas y con sus características ópticas redondeadas, presumía de incorporar novedades tecnológicas como el eje frontal con muelles de compresión o el estabilizador de la barra de torsión, que le ayudaron a ofrecer un mejorado grado de confort, además de una conducción más amable.
Asimismo, este primer Octavia también se encargó de estrenar los faros delanteros asimétricos, que suponían un paso adelante, tal y como recuerda la marca, en lo que a seguridad activa se refiere.
La primera versión del modelo checo escondía bajo el capó un propulsor tetracilíndrico de 1.1 litros de 40 CV de potencia, que transmitía toda su 'fuerza' al eje posterior y se gestionaba mediante un cambio manual de cuatro velocidades. Pero poco después, avanzado 1959, una segunda variante más potente del Octavia, el Super, llegaba al mercado: en su caso equipaba un bloque de 1.2 litros y 45 CV.
Ambos modelos empezaron a tener una notable demanda, tanto en la República Checa (por aquellas Checoslovaquia), como en otros países del eje soviético. Así que las nuevas versiones no se hicieron esperar. En 1960, sólo un año después, el fabricante presentó el Škoda Octavia TS (Touring Sport) en el Salón de Ginebra, que elevaba su potencia hasta lo 50 CV y que fue homologado para rally por la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
La variante Combi tampoco faltó a clase
También en 1960, concretamente un 11 de septiembre, el primer Škoda Octavia Combi se estrenaba al mundo. La variante familiar del modelo checo cosechó un notable éxito y de hecho se mantuvo en producción incluso después de la variante sedán.
El primer Octavia Combi se distinguía de la otra carrocería por equipar un generoso portón trasero de dos piezas, divididas horizontalmente. Pese a sus dimensiones compactas, esta versión daba cabida en su habitáculo hasta a cinco pasajeros y disfrutaba de un maletero con una capacidad de carga de 690 litros (pudiendo albergar objetos de casi un metro de longitud), que podían ampliarse a 1.050 litros al abatir la bancada trasera.
Mientras que la carrocería berlina del Octavia dejaba de producirse en 1964, la Combi siguió fabricándose hasta 1971. Así, entre 1959 y 1971, salieron de Mladá Boleslav un total de 360.000 unidades del modelo checo, de las que 54.000 fueron variante familiares.
El renacimiento del Octavia
En 1991 Škoda pasó a privatizarse de la mano del Grupo Volkswagen y un año después comenzó el desarrollo del Octavia moderno, que retomaba aquella legendaria denominación más de 20 años después. Así, el modelo dio el paso definitivo hacia su consagración.
El renacido Octavia fue concebido en una plataforma completamente nueva y su diseño corrió a manos del belga Dirk van Braeckel, que también ha sido padre del Fabia, así como de modelos como el Audi A3 o los Bentley Continental GT y Mulsanne.
Tras cuatro años de desarrollo, el 4 abril de 1996 (precisamente el 'Día del Ocho' según la novela homónima escrita por Katherine Neville), llegaba el nuevo Škoda Octavia. En su reaparecer pasaba a ser un compacto de tres volúmenes o berlina media, cuyo elemento más diferenciador era su generoso portón trasero, que daba acceso a un maletero de 528 litros ampliables a 1.328 litros de capacidad. A día de hoy, la capacidad de carga sigue siendo una de las principales virtudes del Octavia.
Por supuesto, en el Octavia moderno no podía faltar una variante familiar, que de nuevo tomaba la denominación Combi, que desembarcó en los concesionarios en marzo de 1998.
Lo que sí había perdido por el camino el modelo checo era la propulsión trasera, que en el nuevo Octavia había pasado a ser delantera. Aunque lo que sí se estrenó fue variantes de tracción total, la conocida línea Scout presente en varios modelos de la marca, que en el caso del compacto checo se lanzó al mercado en 1999. De esta primera generación se produjeron 970.000 unidades con carrocería sedán y 470.000 con carrocería familiar.
Cada generación, más exitosa que la anterior
Tras ocho años en el mercado, al Octavia le tocaba renovarse y así es como llegó la segunda generación. Una entrega que, en el caso de España, asociamos irremediablemente al taxi. El compacto checo ha sido en los últimos años, por tradición uno de los modelos favoritos del gremio por su practicidad y robustez además de por su gran relación calidad/precio.
Pero además de ser el favorito de los taxistas españoles, la segunda generación del Octavia consiguió superar con creces a la primera entrega, comercializando, entre 2004 y 2013, 1,6 millones de unidades en el caso de la versión berlina y 900.000 modelos en el caso de la Combi. Esta nueva generación fue además la primera en estrenar el cambio automático DSG del Grupo Volkswagen o los motores gasolina de inyección directa.
Y este repaso por la historia del Škoda Octavia llega a su fin con la tercera y actual generación, que se estrenaba a finales de 2012. Con un salto cualitativo notable en cuanto a diseño, dinámica y tecnología, el Octavia quiso volverse más exclusivo para dejar de lado esa imagen tan asociada al taxi. Más tecnológico y equipado, soluciones Simply Cleaver y un diseño más refinado eran su principal carta de presentación.
Esta nueva entrega ha saboreado aún más las mieles del éxito: a día de hoy, incluyendo su restyling recibido en 2017, esta tercera generación ha vendido 2,5 millones de unidades y subiendo. ¡Feliz cumpleaños Octavia!