Ya podemos ir añadiendo una baja a esas 333 unidades que se van a construir del Audi R8 GT. Porque aunque parezca mentira, ese amasijo de hierros que reposa sobre el asfalto es una de esas 333 unidades. Ahora sólo quedan 332 y toquemos madera.
Pero no os penséis que ha sufrido el Síndrome Burngate o traducido al cristiano, combustión espontánea al estilo Ferrari 458 Italia. Detrás de este estropicio hay una serie de rebotes en los guardarrailes y posterior incendio.
Que realmente no se que puede ser peor. Imaginarse al pobre Audi R8 GT rebotando cual bola de billar en las bandas de una mesa o el hecho verlo arder por obra y gracia del Señor Oscuro de la Muerte de los Superdeportivos, como dicen en Top Gear. El caso es que ha quedado como ha quedado, reducido a nada.
Es lo que tiene combinar altas velocidades con baches en la carretera. Por suerte, nadie resultó herido, solamente la cuenta corriente de su dueño. Y eso debe doler.
Vía | Top Gear
Más información | donaukurier.de
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