Vuelve el pequeño urbano Aston Martin Cygnet, ahora con el 4.7 litros V8 atmosférico de un Vantage S

El pequeño Aston Martin Cygnet, que no era más que un Toyota iQ remarcado y con tapizados de mayor calidad, puede que no fuera la opción ideal para que los clientes de la marca se movieran por la ciudad. Pero, después de todos estos años, Aston Martin ha encontrado la solución.

La última creación de la división de personalización 'Q by Aston Martin" de la casa de Gaydon se llama Aston Martin V8 Cygnet, y es una petición muy especial de un cliente, que quería un Cygnet con mucha más garra y potencia. Y sus deseos se han materializado en lo que la marca llama "el urbano definitivo", que podremos ver este fin de semana en el Goodwood Festival of Speed.

Como su propio nombre indica, el pequeñín de la casa esconde un motor 4.7 litros V8 atmosférico -ligeramente modificado- con una potencia de 436 CV y un par máximo de 490 Nm -heredado del Vantage S-, que propulsa las ruedas traseras a través de un diferencial autoblocante y permite unas prestaciones más que respetables: 0 a 100 km/h en poco más de 4,2 segundos y una velocidad máxima de 274 km/h, nada menos.

A pesar de estas cifras, el V8 Cygnet no es precisamente ligero, y más teniendo en cuenta sus dimensiones (3,7 metros de largo). Pesa la friolera de 1.375 kilogramos, pero al tener semejante bloque bajo el capó, la relación peso-potencia es de 3,15 kilogramos por caballo, o 317 CV por tonelada.

Para detenerlo se recurre a un equipo de frenos con discos de 380 milímetros y pinzas monobloque de seis pistones en el eje delantero, y discos de 330 milímetros junto a pinzas de cuatro pistones en el tren posterior. Las pinzas van pintadas en color amarillo, en contraste con el color verde Buckinghamshire de la carrocería.

Mitad Cygnet, mitad Vantage

El vehículo al completo ha sido diseñado por ingenieros de Aston Martin, que tomaron como base un Cygnet con volante a la derecha, al que añadieron una jaula antivuelco y modificaciones como un nuevo túnel de transmisión -el propio eje de transmisión es casi una miniatura- o un depósito de combustible de acero ubicado en el maletero.

La suspensión, por ejemplo, se ha tomado prestada, del Vantage de anterior generación, como el motor V8 y la caja de cambios automática Sportshift II de siete velocidades, mientras que el sistema de escape está hecho a medida y, debido a la corta distancia entre colector y cola de escape, el sonido del V8 Cygnet promete ser muy característico.

El aspecto exterior se mantiene bastante fiel al Cygnet original, pero los ensanchados pasos de rueda de fibra de carbono, necesarios para acoger vías más anchas (1,57 metros delante y 1,56 detrás) y grandes llantas forjadas que pasan de 16 a 19 pulgadas -con neumáticos Bridgestone 235/40/19 y 275/35/19-, ya dan una pista sobre lo que esconde el coche, así como las salidas de escape dobles y centrales de la zaga.

Por último, el habitáculo tiene un aspecto prácticamente de competición, gracias a la jaula antivuelco, el sistema de extinción de incendios, los asientos Recaro de tipo baquet con arneses de cuatro puntos, el volante extraíble forrado en Alcántara, el cuadro de instrumentos del Vantage o una consola de fibra de carbono fabricada a medida.

Y, a pesar de todo, en Gaydon tampoco se olvidan del lujo, gracias a detalles como tiradores de las puertas de cuero, recubrimientos de fibra de carbono para las puertas, dos puertos USB o mandos de diseño específico para el aire acondicionado. La pedalera también está tomada del Vantage, aunque el pedal de freno se ha fabricado a medida.

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