Hubo una época en la que Aston Martin no se identificaba con el emblema de las alas que conocemos hoy en día. Como sucede a menudo en la Historia de los logos de coches, el primer signo distintivo de Aston Martin fue poco más que una representación gráfica del nombre de la marca. Lo de ponerle las alas vendría después, pero no por la idea de velocidad que uno podría asociar a esa imagen tan evocadora, sino por una razón que tuvo que ver más con las pasiones del creador del icono que sirve hoy para identificar la emblemática marca de lujo británica.
Lo cual nos lleva a repasar los orígenes de Aston Martin, porque de hecho en su pasado está la razón de los cambios que se aprecian en los diferentes emblemas de la marca. Comencemos por el principio: Robert Bamford y Lionel Martin fundaron en 1913 la firma Bamford & Martin Ltd., una empresa de comercialización de coches de la firma Singer con la que pusieron la semilla de lo que sería, sólo un año más tarde, Aston Martin.
Es sabido que el nombre definitivo de la empresa se debe al éxito que obtuvo Lionel Martin en la Aston Hill Climb celebrada el 4 de abril de 1914. Era una competición que se estuvo celebrando en Buckinghamshire entre los años 1904 y 1925, cuyo trazado era de un kilómetro aproximadamente, aunque a lo largo de los años varió entre los 1.300 y los 690 metros. Allí Martin ganó con un coche preparado por ambos ingenieros a partir de un Singer adquirido por Bamford & Martin. De su triunfo emergió una nueva marca comercial: la fusión entre el nombre del lugar, Aston Clinton, y el apellido de Lionel Martin.
El primer logotipo de Aston Martin se componía de la fusión de las iniciales A y M, enmarcadas en un círculo. El símbolo se mantendría a lo largo de los años en los que Bramford y Martin se encontraron al mando de la empresa. En 1920, Bramford abandonó la firma, y en 1926 hizo lo propio Martin, cuando la firma fue rescatada por un grupo de inversores y se convirtió en Aston Martin Motors Ltd.
En 1927, el piloto Sydney Charles Houghton Davis, más conocido como Sammy Davis, pasó a la Historia como el creador del emblema de Aston Martin compuesto por dos alas. Cuenta la leyenda que la imagen corresponde a las alas de un escarabajo egipcio, en alusión al interés que despertaba la egiptología en el piloto británico. Como si se tratase del escarabajo alado de Tutankhamón, las alas de Aston Martin podrían significar el esfuerzo de la compañía por sobrevivir a aquellos años convulsos... y los que vendrían.
En 1947, un emprendedor llamado David Brown observa en el periódico The Times un anuncio en el que venden una empresa de automoción que está en la quiebra tras la Segunda Guerra Mundial. La adquiere por 20.500 libras esterlinas, un año antes de comprar también Lagonda por algo más del doble de esa cantidad. La etapa de David Brown en Aston Martin se plasma en el emblema de la marca, que muestra el nombre de su propietario hasta 1972. Con el traslado de la producción a Newport Pagnell, en 1955, comienza la prolífica era de los modelos DB y el gran esplendor de la marca durante 25 años.
En los años 70 Aston Martin atraviesa un nuevo bache financiero que se traduce en la compra de la firma por Company Developments Ltd. en 1972. Ese mismo año, la marca recupera todo el protagonismo en el emblema, y a lo largo de los años, entre cambios y cambios de propiedad apenas cambiará su aspecto, salvo porque la tipografía y el estilo de los trazos se adaptan a los gustos de cada época. Ya en 2003, Aston Martin entra en una nueva época, y con el traslado de la sede a Gaydon llega la última versión del logo de la marca, que se mantiene hasta nuestros días.
La evolución de los logos de Aston Martin (1914 - 2003)
En Motorpasión | Logos de coches: Alfa Romeo, como símbolo de Milán y de su Historia