Aston Martin lleva tiempo sin presentar una verdadera novedad. Es cierto que pudimos ver el DB10 en Spectre, pero no está prevista su comercialización. La realidad es que hace tiempo que toda su gama está basada en la plataforma VH que se remonta al DB9 (2004) y V8 Vantage (2005).
Ocurre lo mismo con los motores. Excepto el V8 que equipa el V8 Vantage, desarrollado por Ford y fabricado en Colonia, el resto de la gama Aston Martin equipa un V12 cuya base se remonta al propulsor del DB7 Vantage. Obviamente, el motor ha ido evolucionando. De 5.9 litros y 420 CV del bloque original estamos ya en 6.0 litros y 573 CV en el V12 Vantage GT. Pero todo tiene un fin y ha llegado la era de los turbos.
Al igual que todas las marcas, Aston Martin debe someterse a una serie de reglas sobre emisiones, pero tampoco quiere abandonar los bloques V12, pues forman parte de su identidad. Así, Aston Martin también se apunta a la sobrealimentación de sus bloques.
El nuevo V12 de 5,2 litros de cilindrada y sobrealimentación por 2 turbos estará disponible a lo largo de 2016, probablemente equipando el nuevo DB11. De momento, la marca no ha facilitado más información, salvo el vídeo que acompaña estas líneas. Eso sí, ha confirmado que el motor es de creación propia y no tiene nada que ver con un bloque AMG. Y es que en principio, la colaboración entre Aston Martin y AMG se limita al desarrollo de bloques V8, caja de cambios y arquitectura eléctrica.
Si bien es al primera vez que Aston Martin propone oficialmente un motor turbo, no es la primera vez que recurre a la sobrealimentación para uno de sus modelos. El más famoso hasta al fecha es el V8 Vantage (1993-1999) derivado del Virage original. Su V8 5.4 litros sobrealimentado por compresor desarrolla 550 CV en la versión "de serie" y 600 CV en la serie limitada Le Mans (40 unidades).