Volvo DRIVe es la denominación bajo la que Volvo comercializa sus modelos de consumo reducido, todos con motores diésel 1.6 con consumos de 4,4 o 4,5 litros (según el modelo), y emisiones de CO2 por debajo de los 120 g/km.
Hasta el momento podían diferenciar exteriormente por unas llantas aerodinámicas, pero Volvo ha querido ahora precisamente darles un toque deportivo gracias a la opción de los paquetes R-Design.
Las placas identificativas de DRIVe dan paso a las de R-Design, además de tener un nuevo frontal, llantas de 17 pulgadas y además cuentan con un pequeño espóiler trasero en los tres modelos: Volvo C30, Volvo S40 y Volvo V50.
Sin embargo, el cambio de vestido de los Volvo DRIVe trae un problema consigo: se pierden las mejoras aerodinámicas de la carrocería, como los paneles que cubrían el fondo o las llantas, como ya hemos dicho. Además los modelos R-Line no cuentan con el sistema Start/Stop.
En definitiva, da un pequeño paso de ahorrador a deportivo. Ni ahorrador ni deportivo, dirán algunos. Al menos mantiene un consumo muy contenido y una estética diferenciada.
En Motorpasión | Volvo R-Design: acabados deportivos para C30, S40 y V50