Con las grandes ciudades cada vez más masificadas el transporte necesita evolucionar para ofrecer soluciones a la movilidad de las personas. El transporte público está saturado, igual que las arterias de las urbes y el aire que los ciudadanos respiran.
La última apuesta y más grande que hemos visto hasta la fecha se parece a aquella especie de tranvía chino que pasaba por encima de los coches, pero con un concepto mucho más próximo a la realidad. Tomando la base de un autobús articulado, Volvo está finalizando el desarrollo del Gran Artic 300 para Brasil, un autobús de doble articulación con capacidad para nada menos que 300 viajeros.
Plegándose por dos nexos, el Gran Artic 300 intenta incrementar aún más la capacidad del Super Artic 210 con capacidad para 210 pasajeros (muy originales con el nombre no han sido) con la intención de descongestionar las abarrotadas ciudades del país de la samba.
Este enorme mixto entre autobús y tren se queda al borde de los 30 metros de longitud. Llevando a más ocupantes en cada viaje también se pretende reducir el número de vehículos en circulación, y además emplear sistemas de propulsión alternativa que emitan menos contaminantes a la atmósfera casi irrespirable de estas ciudades.
Con la capacidad del servicio de transporte brasileño incrementada, habrá que ver si estas dos premisas (la reducción de emisiones y la descongestión de las ciudades) se convierten en una realidad, y cómo estas generalmente colapsadas ciudades son capaces de digerir el tráfico de estos monstruos con ruedas.
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