Conocimos el Volkswagen T-Roc en su concept car allá por 2014, y no fue hasta marzo de este mismo 2017 que el fabricante alemán reveló sus planes de llevar su nuevo SUV a producción, para así medirse de tú a tú con los Nissan Juke, Renault Captur y otros individuos del segmento tales como el Jeep Renegade, el Peugeot 2008 o el Citroën C4 Cactus, aunque desde Wolfsburg aseguran que el rival que desean batir es el rey Qashqai.
Ahora, en el último episodio de esta novela, va Volkswagen y anuncia que mientras estés en la playa, el 23 de agosto, piensan presentar al mundo el Volkswagen T-Roc. Que paren las rotativas... o que se pongan en marcha, que así habrá algo que contar, además de que hace calor.
El Volkswagen T-Roc quedará enmarcado en ese subsegmento SUV que queda a caballo entre los segmentos B y C. Ya se sabe que la atomización del producto es una de las claves del sector en los últimos años, y este T-Roc, que compartirá buena parte de su ADN con el Audi Q2, es una buena muestra de ello.
Líneas camperas en un nuevo SUV urbano
Vistos los bocetos del diseño definitivo, respecto al concept-car presentado en 2014 apenas encontramos diferencias destacables, más allá de la adición de ángulos allí donde hace tres años encontrábamos redondeces, y acaso en la modificación de líneas en aras de conseguir un plus de rotundidad.
Es de prever que el Volkswagen T-Roc se sume a los SUV medianos de corte audaz, combinando así ciertos rasgos camperos con la esencia urbanita que caracteriza al segmento. Esperemos, por lo tanto, un buen nivel de manejabilidad, así como un interior trabajado para ofrecer acabados de nivel premium, tal y como muestra Volkswagen en el siguiente vídeo:
También es de esperar que salga de partida con motorizaciones diésel calcadas a las del Volkswagen Golf, además de tirar de mild hybrid mucho antes que de electrificación, por motivos que no suponen ninguna sorpresa. En otras palabras, un SUV mediano con el que Volkswagen no se saldrá de la zona de confort.