Ferdinand Piëch, el patriarca del Grupo Volkswagen ha dimitido de su cargo al frente de la compañía tras una larga temporada de extraños enfrentamientos con el principal ejecutivo de la marca, Martin Winterkorn, con quien se había distanciado e iniciado una guerra fría en las últimas semanas.
Piëch, de 78 años, era el presidente del Consejo de Vigilancia del consorcio Volkswagen e inexplicablemente para el consejo que presidía, estaba en desacuerdo con el rumbo que había tomado la empresa con la gestión de Martin Winterkorn al mando. Inexplicablemente porque las cifras de Volkswagen en los últimos años son muy positivas, con 10,14 millones de vehículos vendidos y 10.800 millones de euros de beneficio neto en 2014.
A pesar de ello, parece que el nieto de Ferdinand Porsche no estaba satisfecho o le preocupaba que alguien eclipsase su gestión al frente de la empresa entre los años 1993 y 2002 cuando fue Consejero Delegado de Volkswagen. Sea el motivo que sea, era público por una declaración al diario Der Spiegel que el viejo Piëch se había distanciado del que había sido hasta entonces su hombre de confianza.
Piëch comenzó una lucha para conseguir que el Consejo de Vigilancia del consorcio Volkswagen cesase a Winterkorn de su puesto. Pero la jugada no salió como Piëch había planeado, ya que el pasado viernes día 24 de abril, el mismo día en que cumplía 78 años, los miembros del consejo respaldaron la continuidad de Winterkorn más allá de 2016, lo cual dejó a Piëch fuera de juego.
Las malas lenguas dicen que los votos en contra de sus propios primos de apellido Porsche, junto con los del jefe del Comité de Empresa de Volkswagen Bernd Osterloh y los del jefe del Gobierno regional de Baja Sajonia Stephen Weil, han sido contrarios a la postura de Piëch.
Al menos no se jubilará solo, ya que su mujer Ursula Piëch, quien ocupaba un puesto en el Consejo de Vigilancia del consorcio Volkswagen, también ha dimitido y abandonado la compañía.