Creo que la conciencia ecológica supera en esta ocasión a la diversión de ver competiciones extrañas de motor, y esos dos tubos de escape apuntando hacia el cielo y soltando humo negro con tanta fuerza me producen más escalofríos que otra cosa.
La diversión consiste en enganchar a una cabeza tractora un remolque de 20.000 libras (unas 9 toneladas) que además parece tener un arado para quedarse enganchado en la tierra y provocar esos momentos angustiosos al motor.
Vía | Diariomotor