Puede que no seas muy del diseño británico, pero el Aston Martin DB11 es una joya con ruedas. El superdeportivo inglés encierra en su interior un motor V12 con dos turbos que es pura tecnología capaz de producir unos soberbios 608 CV, pero en su exterior la fina y recatada silueta del DB11 encierra unos cuantos secretos con los que convertirse en un portento aerodinámico.
El diseño exterior puede parecer demasiado continuista se parece mucho a los modelos anteriores, pero generación tras generación su carrocería evoluciona para ofrecer el mejor rendimiento a alta velocidad. En el siguiente vídeo podemos conocer algunos de los detalles que se encierran en las bellas formas del Aston Martin DB11 cuando las enfrentamos al túnel de viento.
Uno de los mayores retos a los que se enfrena Aston Martin es a ofrecer un buen comportamiento contra el viento pero sin romper sus sutiles líneas brit. La carga aerodinámica sólo se consigue con algunos trucos en forma de aditamentos poco elegantes, pero en Gaydon han logrado el downforce suficiente con muchas horas de estudio y sólo el Aeroblade.
Esta solución capta el aire a través de una entrada en el pilar C y lo canaliza por el interior de la carrocería hasta la zaga, apretando las ruedas traseras contra el suelo por el camino como si fuera un alerón. Además de esto un pequeño alerón desplegable se levanta a alta velocidad para conseguir aún más presión gracias al aire que pasa sobre el techo del DB11 y los brazos de los retrovisores laterales son una auténtica preciosidad que además canaliza el aire por el lateral del vehículo sin generar turbulencias.