La fijación de nuestro amigo ruso Vlad por los Lada es casi tan alta como su fijación por los proyectos absurdos. Debe ser por eso que el presentador de este canal de Youtube ha decidido que su última creación va a ser una bestia con nombre propio: Ladzilla.
Tomando la base de un pequeño Lada, el 2106 de siempre, han procedido a hacer un swap, pero al modo de la madre patria, cambiando el escueto motor de cuatro cilindros original por un bloque en uve de 7.0 litros aunque no es de un deportivo como podrías estar esperando, sino de un camión de basura.
7 litros, dos cajas de cambios, radiador en el maletero... un Lada al estilo Vlad
Motor fuera, accesorios fuera, cortafuegos fuera... El vano motor del pequeño Lada quedó en prácticamente nada a la primera de cambio para hacer sitio a un enorme bloque que necesitó una cantidad ingente de soportes y refuerzos. Sorprendentemente, lograron encajar el bestial motor de camión.
Con la suspensión delantera completamente colapsada por el descomunal peso del motor colocado sobre el eje delantero, Vlad tuvo que reforzar los muelles delanteros para que el coche pudiera rodar o incluso meter el gato elevador. Unos silentblocks hechos con trozos de neumático viejo y a tapar fugas de aceite en las primeras puestas en marcha.
Durante la primera sesión de pruebas Vlad y su equipo de especialistas se encontraron con un buen puñado de problemas. Con el radiador instalado en el maletero (por aquello de que no cable absolutamente nada más en el vano motor) el sistema de refrigeración se ponía a hervir, la alimentación de combustible era escasa por la ubicación del depósito y la caja de cambios del camión no se llevaba en absoluto bien con la transmisión final de Lada.
Habiendo solucionado todos estos cambios al estilo ruso, como instalando una segunda caja de cambios de un GAZ Volga en medio del árbol de transmisión, además de mejorar el sistema eléctrico, el carburador y el embrague, el equipo de Garage 54 se marchó a su pista de pruebas.
El resultado es tan absurdo como siempre con pruebas de aceleración en las que consiguen alcanzar los 60 km/h desde parado en algo menos de 6 segundos, pero el motor tiene unas vibraciones tan descomunales que el dispositivo de medición es incapaz de funcionar en un buen número de arrancadas.