Desde que supimos por primera vez que Dodge preparaba unas brutales versiones de sus Challenger y Charger, hemos estado enamorados de los SRT Hellcat. Quizá no sean coches de carreras, por lo grande y pesados que resultan, pero hay quien con un poquito de trabajo los convierte en auténticas máquinas de arrancar el asfalto, como nuestra protagonista, Linda, amante de la aceleración.
Esta mujer de cincuenta años, loca por las carreras de aceleración o drag racing, tiene un Dodge Charger Hellcat modificado para tal fin. El motor 6.2 litros V8 ahora incorpora nuevas correas (Metco y ATI), que permiten que el compresor volumétrico de serie aumente su capacidad de soplado, se ha modificado al ECU y no queda rastro del catalizador. Ah, y ahora bebe gasolina de competición.
El resultado, junto a neumáticos radiales para drag, un eje de transmisión a medida y un eje trasero modificado, es un Hellcat de unos 915 CV y 1.174 Nm de par máximo, capaz de despachar el cuarto de milla (400 metros aproximadamente) en el margen de los 9 segundos, a pesar de que el coche pesa la friolera de 2.075 kilogramos, lo cual es una auténtica burrada.
El mejor tiempo hasta el momento es de 9,710 segundos, pasando la línea de meta (0-400 metros) a una velocidad de 226 km/h. Eso lo coloca muy cerca del Hellcat más rápido, un Challenger que es una décima de segundo más rápido.