Con sólo tres unidades producidas del Lamborghini Veneno a razón de 3 millones de euros (sin impuestos) cada una, lo lógico sería pensar que será uno de esos coches puramente especulativos con el que sus adinerados dueños intentarían hacer negocio, pero en este caso estamos equivocados. Para bien.
Lejos de quedar aparcado en un garaje-museo, este Veneno sale de vez en cuando a rodar en circuito, y en esta ocasión ha lucido sus extravagantes y agresivas líneas en el Autódromo de Vallelunga. Como compañera de tandas una intensa lluvia (aparte de un Sesto Elemento en el mismo garaje, cosas de estar mega-forrado) que le quitaría las ganas a muchos, y ni por esas el ultra-exclusivo superdeportivo italiano se ha quedado en el garaje. Se nota que a su dueño le gustan los coches.
El coche con el que celebró Lamborghini sus 50 años de historia fue tan espectacular que hasta rozaba lo hortera, pero aun así sigue siendo una fascinante máquina de 750 CV de fuerza bruta extraídos de un motor V12 de aspiración natural. Una máquina pura y demencial que, al menos en el caso de esta unidad, podemos ver que está llevando una buena vida.
Dentro de las posibilidades del día, con un asfalto en condiciones complicadas y con unos neumáticos no específicos para lluvia, el piloto no se queda con las ganas y sale a pista en varias ocasiones. Seguro que no exprimió al máximo las posibilidades de la maquinaria italiana, aunque la satisfacción con la que volvería a su mansión tuvo que ser igual de épica o incluso superior después de unas pocas cruzadas.
Eso sí, lo que la lluvia no puede tapar es la melodía de esos 12 cilindros. Impresionante.
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