Michael Binz comenzó a crear vehículos derivados de Mercedes-Benz en 1936, y pronto se especializó en alargamiento de berlinas transformándolas en limusinas. Sin embargo, lo último de la casa – de nombre X-Orange – representa el rococó de la tendencia adaptado a los tiempos que corren: un clase E que va a pachas con una furgoneta de reparto. Multifuncional y tal.
El resultado: un aumento en la batalla, de 3,75 metros, que dejan la longitud total del X-Orange en 5,75 metros de eslora calzados con ruedas vestidas de aluminio a las 20 pulgadas. Casi un metro de ganancia sobre el original, sobre el que también hace más deportivos sus interiores a base de meter asientos con arneses de cuatro puntos de anclaje y fibra de carbono que se puede combinar con alcántara, lacados y un equipo de sonido de 3.500 W.
En el corazón de semejante bicho, se puede optar por un motor 3.5 V6 que rinde 290 CV y 365 Nm de par, o bien el 5.5 V8 de 390 CV y 530 Nm, y con ellos obtendremos unas aceleraciones de 0 a 100 en 7,7 y 6,0 segundos, respectivamente. Claro, que si lo nuestro es el reparto de cipreses, a lo mejor nos conviene el 2.1 CDI de 204 CV y 500 Nm de par, que nos llevará de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos.
La versión que vemos aquí ha sido preparada a partir de un Mercedes-Benz Clase E 250 CDI, y su precio en Alemania ronda los 125.000 euros. Eso sí, si nos va la vida loca o si lo nuestro es el reparto de pescado congelado, siempre podemos encargar a los chicos de Binz un derivado del Clase E 63 AMG Estate, con sus 525 CV. Y a volar.
Vía | GT Spirit
En Motorpasión | VÄTH Mercedes-Benz SLS AMG Roadster